27 mayo, 2010

Retales de mi vida



Lo primero que hacía nada más llegar a su casa era quitarse los zapatos.
El contacto con la frialdad del suelo le recordaba que estaba viva y la sangre seguía fluyendo.
Después de dar un par de vueltas y comprobar que todo estaba en su sitio, se quitaba la ropa y se ponía el pantalón de flores, el suelto, el que le hacía flotar.
Encendía el ordenador, se conectaba con el mundo, y leía su correo, cada día algo sorprendente.
Se echaba hacia atrás en su sillón, respiraba un par de veces con los brazos en alto y cerraba los ojos, estiraba su cuerpo e intentaba no pensar por un segundo.
Reiniciaba su pensamiento con una misma frase: “que suerte tengo de estar aquí”
Ponía a Miguel Rios y Manolo García (insurrección) “Donde estabas entonces”, retales de mi vida.

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4 comentarios:

  1. Texto hermoso.
    La vida cotidiana llevada a la literatura, me encanta. Me seduce especialmente.

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  2. "...la frialdad del suelo le recordaba que estaba viva", "Qué suerte tengo de estar aquí"
    Perfecto, es perfecto. La sencillez de las buenas cosas de la vida, la sencillez de un buen texto.
    Gracias por recordarme las estupendas canciones de El último de la fila. Gracias por recordarme que hay que estar agradecida por seguir viva, por ese ordenador que te conecta al mundo, por tener ese rincón al que regresar, por el privilegio de poder escribir.

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  3. Me gusta: un texto sencillo con una idea para compartir. Ese lugar cálido, lleno de soledad, nuestro refugio.

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  4. Creo que estáis comprobando que disfruto con lo sencillo y las pequeñas cosas,no sé si es porque ya he vivido muchos momentos ¿?, que realmente te hacen aterrizar y valorar lo que tienes.
    Muchas gracias por vuestras palabras: Amando, Ana J. y Marcos

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