-¿Qué hay debajo de la escalera?-preguntó el niño a su hermano mayor.
-La Muerte-. Sentenció. Cuando vio que estaba ya muy asustado decidió terminar la broma no solo riéndose en su cara para que viera que era una broma macabra, y lo soluciona acercándose al hueco-.Ves como no hay nada...-, pero justo cuando metió la mano en la oscuridad algo tiró de él y lo arrastro hacia el fondo...
Su hermano sólo pudo gritar, cuando desde la oscuridad salió disparado la oreja de su hermano sanguinolenta aún palpitante y caliente...
Texto: William Ernest Fleming
Jesús bendito!!
ResponderEliminarUna historia de terror en toda regla. Los terrores infantiles hechos realidad.
Me encanta.
Creo que el texto tiene alguna trababa en su estructura. Se lee como a trompicones, pero se entiende.
ResponderEliminar¿Tal ves le falta pasarle una lija?
¡¡Qué horror!! se me pusieron los pelos de punta, jaja. Buenísimo.
ResponderEliminarTexto sencillo pero efectivo, que consigue poner en alerta a los lectores, e incluso abrírseles el apetito a algunos, que yo me sé, amantes de la novela de terror.
ResponderEliminarQué rica... -la oreja... de la muerte aún no sé nada-.
ResponderEliminarY entonces, ¿qué más? ¡Por favor!!!
ResponderEliminarEso es, parece una pesadilla de esas que tuvimos de pequeños... Yo todavía recuerdo una tremenda y eso que tengo mis añitos...
ResponderEliminarJo, qué miedo da. Muy bueno.
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