atónito, compruebo que del humo suspendido en el aire, nace un puro que se balancea sobre los labios de una boca cerrada que se aferra a un rostro de un hombre serio. Pero lo más sorprendente es que de la mano derecha del hombre serio se prolonga una pistola que apunta directamente sin disimulo a mi entrecejo. Y no sé si toser por el humo, gritar, rezar o temblar de miedo.
Autor: David Moreno Sanz
Excelente elección 7 Plumas. David Moreno Sanz sabe cuanto admiro este microrrelato
ResponderEliminarViva la censura.
ResponderEliminarMicrorrelato en clave negra.
ResponderEliminarEsta historia nos trae el regusto de una película en 8 mm proyectada hacia atrás: humo, boca, rostro, persona, muerte.
Interesante planteamiento.
Bienvenido, David
Pues vaya situación.
ResponderEliminarBuen microrrelato. Intenso en tan pocas líneas.
Si intento imaginarme la situación, me veo completamente paralizado. Catatónico. Probablemente muerto antes del disparo.
David, me encantó encontrarte por aquí! Felicidades, el texto es genial. Un abrazo.
ResponderEliminarLos micros son fórmulas matemáticas literarias. Felicidades.
ResponderEliminarMe ha encantado este microrrelato que nos da esa imagen casi cinematográfica.
ResponderEliminarLo he disfrutado mucho.
ResponderEliminarVaya racha que llevamos con las pistolitas...
Saludos
Gracias por los comentarios, es un placer verme y veros por aquí.
ResponderEliminarUn saludo indio
¿Toser, le salvará la vida? Magnífico microrelato
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