Sobre un mar de sentimientos, mi balsa navega, puedo escribir sobre tu tersa piel blanca, palabras de amor que destrozan por dentro nuestros corazones.
Firmar sobre la suavidad de tus nalgas, la rúbrica de mis besos y apartar de tu pecho los adjetivos de mi poesía.
Puedo terminar con conjunciones escritas entre las mejillas de tu rostro o cincelar en tus muslos preposiciones de placer, tan amargo como las lágrimas tatuadas en mi boca. Bello mar, desierto, sima o cima. Bella cadencia que me produce tu cuerpo, para finalizar entre notas de pasión. Adjetivar tus pies, mientras verbalizo mis ansias de tocar tu bello rostro o perderme entre los bucles carmesíes de tu pelo al viento. Adjetivos, verbos, preposiciones, nombres y conjunciones que por todo tu cuerpo tatúo con mis besos, cincelo con mis caricias y rubrico con mi corazón.
Texto: William Ernest Fleming
Cursi y empalagoso. Lo he probado... digo.
ResponderEliminarSólo quien ha probado con fruicción cada centímetro del cuerpo y del corazón del amado/a sabe a ciencia cierta que este texto es justo lo contrario a cursi y empalagoso.
ResponderEliminarA mi modo de ver se sale de los lugares comunes y pone de manifiesto cual es el verdadero horizonte del amante.
Coincido con Amando, me parece un texto lleno de poesía, donde el papel es sustituido por la piel para escribir y hablar de la gramática de los sentimientos, de la pasión, el deseo... Resulta original ¿cursi? siempre lo será para el que sea incapaz de usar y sentir la palabra para transmitir parte de uno mismo sin tapujos, luego dependerá de lo que cada uno tenga allá dentro, claro.
ResponderEliminarBuen ejercicio unir palabra y cuerpo.
ResponderEliminarDónde está el límite entre los dulce y lo empalagoso, lo sensual y lo obsceno? Supongo que en el que escribe, lee o mira.
Sólo por atreverte a escribir -y mostrar- un texto así en un momento en que lo que se lleva es lo crudo, bukowskiano, me parece interesante. Sobre todo, cuando ya has dado muestras de que eres capaz de crear miedo y violencia en otros textos, William.
Yo quiero un tatuaje de esos, de esos con poesía. Me encanta.
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ResponderEliminarOtra cosa, la envidia es una de las emociones más primitivas, paralizantes (para el que la padece descontroladamente) y destructivas que puede experimentar el ser humano. Es estructural, es decir, todos somos envidiosos,es el acceso a la cultura lo que nos permite elaborar con ella producciones más útiles y positivas. Por otra parte, los celos, que también son estructurales, los sufren más o menos en silencio, según el caso, los que todavía no han conseguido cerrar el vículo infantil que los sigue uniendo a su madre.
ResponderEliminarTengo bibliografía.
Saludos
Muchas gracias a todos Whoa, siempre me he creído un poeta menor, es mas digo que soy mas escritor que poeta pero veo que mi poesía puede estar también al mismo nivel.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios.
Con respecto a la envidia, pues si todos la tenemos aunque evolucionemos hasta el punto de crear planetas o destruir soles seguiremos teniendo todos esos atavismos.
Muchas ideas me hace el pensar en esos sentimientos y es más la mitología de mi "Raedura" se creo a partir de todos esos sentimientos que es cierto que hay que vivir con ellos sentirlos pero como digo en muchos de mis aforismos, "el hombre que siente ira es más hombre aún por aceptarla y controlarla y no dejar que esta le domine" Por decir uno de otros de los sentimientos atávicos.
Sin duda, William, sin duda.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Más que cursi, me parece valiente no repremir ni una letra para describir lo bello. Felicidades
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