-No te enfades conmigo, ahora estás en un lugar mejor. Ahora tu madre se lo pensará dos veces antes de querer dejarme por otro. No estaré sin ella, eso si que no se lo permitiré.
Dijo mientras acunaba el cadáver de su hija, sin soltar el cuchillo de sus manos.
Texto: Yaiza Méndez
Dijo mientras acunaba el cadáver de su hija, sin soltar el cuchillo de sus manos.
Estremecedor, como la misma vida. En estos días parece de obligado cumplimiento.
ResponderEliminarPues mira, yo habría evitado la lectura... me duele este relato hasta bien dentro. Pero desde luego, es bueno.
ResponderEliminarUf.
ResponderEliminarTremendo y sin embargo podría ser una realidad, esto es lo más crudo del relato.
ResponderEliminarAnabel, me pisaste el comentario... Uf!. Me he quedado helado. Efecto conseguido !!!
ResponderEliminarUna historia fuerte y lamentablemente real. Brevedad y contundencia. Mis saludos a la autora.
ResponderEliminarPor desgracia, nos estamos acostumbrando a este tipo de cosas, sino, ¿Por qué siguen pasando?, ¿Acaso no hay forma de ponerle remedio? Yo creo que si.
ResponderEliminarEstremecedor relato.
El mito de Medea traído a nuestros días. Espeluznante. Muy bueno
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