Azufre. Ojos de sapo, sangre de dragón.
Morgana revuelve su caldero de envidia y poder, se disfraza de dulce ancianita que ofrece su manzana envenenada, de rey victorioso, de niño desvalido, de joven esposa enamorada.
Las culebras se retuercen en su alma oscura y clavan sus colmillos ponzoñosos en sus carnes, que se deshilachan clamando por ser eternamente jóvenes.
Corazón de colibrí, hielo estelar, humo de cuerno de macho cabrío requemado, los peores deseos para ti, que tu sufrimiento sea eterno, como mi gloria.
Su maleficio se extiende con volutas pestilentes, empapa su cuerpo de reina venida a menos, tiñe sus ojos de oro y sangre.
Que el hielo sea tu prisión, la prisión de mis enemigos, que mi reino no tenga límites… espinas de rosal, cantárida y mandrágora… que la juventud ilumine mi cuerpo para siempre…
-Vamos, vamos, tía Maruxa, deje ya de revolver con las hojas secas, que es la hora de su medicina.
Morgana lo mira airada desde la sima de sus ojos, desde su prisión de carne anciana.
¡Que las babas de mil sapos cubran tu boca, que tus dedos se desmoronen como barro seco, yo lo ordeno, por mi poder!
-Solo un buchito, tía Maruxa… así…
Morgana abre sus terribles fauces de hechicera y traga la pócima, la mirada relampagueando de ira.
Hielo estelar, ojos de sapo…
-Vamos, tía Maruxa, apóyese en mi brazo. Salgamos a dar un paseo por la rosaleda…
Mandrágora y espinas de rosal…
Morgana se aferra al brazo del enfermero y da dos pasos vacilantes, masculla una maldición inaudible.
Merlín ha ganado muchas batallas- piensa, amarga-, cree que ganará ésta, pero ella está preparada, ella vencerá la guerra.
Continuará…
Los que ya lleváis tiempo rodando en La Esfera os preguntareis si no me he vuelto loca o senil.
ResponderEliminarConfío que ninguna de las dos cosas.
He vuelto a publicar "Morgana", que así se tituló en su día, con algunas modificaciones, porque quiero compartir con vosotros un relato corto que escribí hace ahora un año y que debía formar parte de un proyecto mayor que nunca llegó a ver la luz.
Mi idea es publicar dos capítulos -pequeños, no os asustéis- por semana, jueves y sábados. Así que en mes-mes y medio la historia estará completa.
¿Por qué publicarlo justamente ahora?
Porque sí y porque también me apetece añadir algo un tanto amargo a la Navidad, porque solo con la comparación entre sus diferentes aspectos podemos apreciar y saborear los matices que la vida nos ofrece.
Que nadie espere un cuento de Navidad aunque, eso sí, deseo que la historia llena de aristas de esta Morgana os toque el corazón, de una forma u otra, y os devuelva a un mundo donde cuando caen las máscaras se descubre que lo que podríamos creer imposible no lo es tanto.
Abrazos nada helados
¡Que ganas de que llegue el sábado! Morgana se va a convertir en algo grande, lo intuyo.
ResponderEliminarUn beso Ana, me alegro que te hayas decidido a publicarlo en la esfera.
Gracias!
ResponderEliminarMe conformo con que os guste.
Un beso grande, Inma
Ana. Sólo te digo que la historia promete. Seguiré cada capítulo. Un besote Ana!!
ResponderEliminarGracias, Miguel Ángel!
ResponderEliminarEspero no defraudar.
Otro besote para ti.
Ana, ya has conseguido toda mi atención, seguro que la historia, estará a la altura de las expectativas, viniendo de ti, no puede ser de otra forma.
ResponderEliminarTe esperamos impacientes.
Feliz Navidad y muchos besicos.
Durante estos días será dificil comentar, pero te leeré, fijo. La historia promete.
ResponderEliminarMuchos besos y los mejores deseos, para hoy y siempre.
Lo seguiré como no puede ser de otra forma.
ResponderEliminarFeliz Nochebuena.
Aquí estaremos, disfrutando de una historia que ya nos tiene enganchados.
ResponderEliminarMorgana...
El arranque me parece notable, de una fuerza increíble. Veremos si Morgana es quien ella piensa qué es o es la anciana que para pasear por la rosaleda ha de sujetarse al brazo del enfermero, que lo mismo acaba convirtiéndose en uno de los apuestos caballeros de la Tabla Redonda.
Querida María, no te puedes imaginar lo nerviosa que estoy. Si por mí fuera, lo publicaría de un tirón con tal de evitar la angustia de saber si os va a gustar o no. Gracias por la confianza que me tienes.
ResponderEliminarIsolda, Solo saber que estarás ahí, leyendo, me estimula muchísimo. No te preocupes si no puedes escribir: tu presencia se siente.
Flamenco, espero tus comentarios, siempre certeros.
Amando, no sabes cuánto me alegro de que te haya gustado el arranque. Encontrarás capítulos más pausados... y otros más trepidantes... tengo ganas de que lo leas, de veras.
Muchas gracias a todos. No sabéis qué bueno es saber que estáis ahí.
Y Feliz Navidad a todos
Pues a mi, Morgana ya me ha enganchado. Espero impaciente el próximo capítulo. Enhorabuena
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos. Seguimos en la brecha.
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso relato, narrado magistralmente.
ResponderEliminarTe agradezco le quites el empalago dogmático navideño a ésta temporada, ojalá el 2011 venga con mejoras.
Gracias por tu comentario, Carlos. Eso pretendía. A veces hace falta un poquito de ácido para que se pase el empacho.
ResponderEliminarAhora entiendo eso del prólogo... Es que había leído primero el capítulo...
ResponderEliminarCreo que nos va a gustar mucho, además es tu estilo. ¿No?
No me perderé un capítulo.
Saludos
Me pasa como a Anabel, que me salté este prólogo. Qué maravilla: "... desde su prisión de carne anciana". Que rebién se te dan las hechiceras, pócimas, sapos y culebras. Compartiremos la angustiosa espera: tú para publicarlos y nosotros para leerlos.
ResponderEliminarBesos
Gracias, chicas, Anabel y Ángeles.
ResponderEliminarLo mismo me pasé con eso de "prólogo", que para una historia tan chica, lo mismo viene grande.
En fin, ojalá mis filtros de amor literario surtan su efecto y disfrutemos todos.
Gracias por vuestros comentarios.
Un abrazo bien fuerte
Tardeeeee, muy tardeee, pero SEGURA.
ResponderEliminar¿es tétrico?, ¿es encantador y tierno?.
¿Se trata de la uténtica Morgana prima de Arturo?
¿Es una pobre anciana que fabula para sobrevivir y no morir de aburrimiento?.
Es Ana J, atípica y especial a al que envía UN ABRAZO.
Ya que veo que vas por, al menos, el segundo capítulo, puedo decirte que... bueno, casi que no te lo digo porque, al fin y al cabo, las historias son para que quien las lee las recree en su interior.
ResponderEliminarTe echaba de menos, Ángeles, pero sabía que no te habías perdido.
Gracias por estar siempre con nosotros, gracias por leer este relato y, sobre todo, por ese ABRAZO, que te devuelvo, lleno de cariño
Como un verdadero regalo de Navidad llega Morgana, prometiéndonos una inolvidable guerra de realidades. Daría cualquier cosa por ver la cara de Ana J, cuando escribe estos textos, construyendo casi con sus propias manos estos personajes fantásticos y legendarios que tanto le encantan, debe ser una mezcla de excitación y radiante felicidad.
ResponderEliminarPues no sabría decirte, Marcos, supongo que con el ceño fruncido, concentrada, y con el estómago en un puño, ya me conoces.
ResponderEliminarMe ha encantado eso de "guerra de realidades". ¿Me dejas que me lo quede?
Gracias por asomarte por aquí y por tus comentarios, siempre tan especiales.
Un abrazo grande