17 diciembre, 2010

 
Próxima parada...

Nada podía salir mal aquella noche. Llegué tarde. Por unos minutos no pude alcanzar a ver mis ojos reflejados en los suyos. Hubiera dado mi mano derecha por saber qué sensación me esperaba al vernos tras esos 2 desgraciados años. Pero mi corazón no llegó a tiempo, a pesar de que latía con más rapidez que nunca. Por unos segundos no cogí ese tren que me llevaba a su felicidad. Y duele; duele el recuerdo de aquella estación vacía, aquellas luces rojas alejándose y yo aterido de frío, con el sabor en la boca de mis propias lágrimas.
Nada podía salir mal aquella noche... Nunca habrá otra para confirmarlo.


Texto:  Miguel Días Fuentes

11 comentarios:

  1. Qué mal sienta perder el tren...

    Saludos,

    Anabel

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  2. Es muy curioso que esos trenes que no se cogen pero que sabes lo importante que eran no se vayan nunca de la memoria.
    Bienvenido Miguel Angel a La Esfera.

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  3. Un segundo, sólo un segundo y...
    Para que luego nos dediquemos a perder el tiempo.
    Cada segundo cuenta.

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  4. Miguel Díaz17/12/10, 23:11

    Gracias por la bienvenida, Inma. Cuánta razón tienes en lo referente a ese tren que ya ha pasado y sabes, a ciencia cierta, que no se volverá a acercar a tu estación... Y el día a día nos confirma lo importante que puede ser un simple y humilde segundo de tiempo, sobre todo en determinadas situaciones. Seguro que todos tenemos ese minuto o segundo "de gloria" que transformó nuestras vidas, para bien o para mal, sea cual sea el motivo.

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  5. Un segundo de la vida. En un segundo podemos mantenerla o perderla.
    Tomar un tren o dejarlo pasar...
    Siempre a las oportunidades de la vida la vemos paseando en tren, "súbete al tren" "que no pase el tren"...
    Pero ya existe el avión y el tren de alta velocidad...
    Que nostálgicos somos.

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  6. Bienvenido Miguel. Me alegra mucho leerte por aquí. Me gusta el texto, cierto es que dejamos pasar/cogemos cientos de trenes minuto a minuto en la vida... Yo por eso me compré un smart, para cogerlo cuando yo quiera y no cuando surja. Un abrazo

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  7. Digno de un relato mayor.
    Me ha gustado mucho.
    Bienvenido, Miguel

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  8. ¡Cuantas veces nuestra vida se dilucida en unos instantes!
    esos en lo que llegamos tarde o tal vez demasiado pronto,
    tal vez un correo enviado por error u otro que se extravió.

    Sensación de pérdida me transmite tu relato Miguel, puede
    que a lo mejor no lo sea tanto.

    Un saludo Á.

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  9. Carlos eres de los míos. Ya no puedo andar sin mi Smart.

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  10. Me ha gustado el mucho el texto. Desprende melancolía por todos los rincones.
    Un saludo. Iria L.

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  11. Y así es la vida. Vivimos permanentemente cogiendo trenes de estación en estación. A veces llegamos tarde porque nos hacemos remolones y nos autocomplacemos: "Ohhh, qué pena". Pero en el fondo nos alegramos porque realmente no queríamos cogerlo. Pero a veces llegamos tarde a uno que queremos coger y "ZAs!!", se va en nuestras narices... Esa sensación de vacíos la has expresado muy bien y en pocas palabras ("...el sabor en la boca de mis propias lágrimas..."). Me ha gustado Miguel.

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