18 enero, 2011

Sueños

Desciendo por un tubo cilíndrico en vertiginosa caída libre. Al principio las paredes son azules, parecen transparentes, acuosas, levemente inclinadas, pero a medida que se acelera la velocidad, se oscurecen y se verticalizan. Luego es todo negro. Sigo cayendo al abismo de mi muerte. Aun así, solo deseo llegar, que cese el miedo, no soporto el vértigo, que sea ya.
Me arrepiento de haberme entregado a la tentación del tobogán azul. Debí suponerlo, no adentrarme en sitios desconocidos. Además, sola. Trato de agarrarme a algo que frene mi caída, pero las paredes son lisas, ni una arista.
Escucho mi nombre, alguien me llama desde arriba, pero no puedo contestar, mi garganta no puede pronunciar palabras a esa velocidad. Tampoco puedo moverme, solo caer. Quiero agarrarme a la voz, ¿quién es? Alguien me ha echado de menos, quizá vio que me acercaba a la boca del túnel que me engulló, quizá supiera mejor que yo a dónde conducía y viene a rescatarme. Me aferro a la voz como a una cuerda y salgo.
No consigo decidir quién es el rescatador: ¿es hombre o mujer?, ¿mi padre o mi madre, o los dos?, ¿mi hermano o mi amante? Ni siquiera sé si está…, estamos vivos o muertos. No es importante saberlo en ese lugar, un lugar sin espacio ni tiempo, o con espacios condensados e infinitos, atemporales y eternos.
Me pregunto, ¿dónde estaba la muerte? Arriba o abajo, era ir o era venir, o todo a la vez, o nada.
Texto: Ángeles Jiménez

10 comentarios:

  1. Muy interesante texto, reflexionar sobre la muerte, seguro que habrá tantas opiniones cómo personas.
    Yo creo que morir, no nos tiene que dar miedo, es más, estoy segura, que cuando se produce la muerte física, nuestro espíritu o alma o cómo queramos llamarlo, nuestro "Yo", ya hace "rato" que ha dejado nuestro cuerpo.

    ¿Qué hay al otro lado?, todo y nada.
    Eso ya depende de las creencias de cada uno.

    Felicidades Ángeles, un tema difícil de abordar, pero que podría llevarnos a un interesante debate.

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  2. No sé si sí o si no, pero digo, Ángeles, ojalá fuera así de maravilloso. Ojalá

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  3. Ángeles, describes muy bien un episodio de ataque epiléptico. Tiene colores y sobras. Y ese tobogán por el que marchas y no sabes a donde vás. No sé si intentas hablar sobre la muerte. Pero si te puedo asegurar que es igual a un episodio epiléptico.
    Felicidades.

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  4. Has conseguido que me deslice por ese tobogán azul; el vértigo lo describes perfectamente como todo el espisodio. Es el tipo de sueños de la duermevela, que abruman, aturden y te hacen dar un salto en la cama. Parece que volviste, del ir o venir, del arriba o abajo. Mejor aquí y con los pies en el suelo.
    Besos siempre, Ángeles.

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  5. Una visión onírica de la muerte, con ese simbólico descenso y al final siempre surge una esperanza, el rescatador. Buen texto.

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  6. ¿Es así? ¿Y has vuelto para contarnoslo?. Esas voces impersonales que vienen a rescatar al que cae en la muerte, que quizás son tan indefinidas porque son mezclas de muchas voces, las que oímos cada día ofreciéndonos lo mejor de sí mismas, es lo que mas me ha gustado, Ángeles. Y para terminar, lo mucho que expresas con ese todo a la vez o nada me deja pensando muchísimo. ¿Será que me ha impactado?. Creo que sí. Gracias por este texto ¡GENIAL!

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  7. Me parece similar a un ataque que sufrimos algunos, la parálisis del sueño.
    Buen lenguaje descriptivo.

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  8. Gracias a todos por sus comentarios. Trataba de recrear un sueño muy común, el de caer por un túnel y sentir que es el abismo de la muerte. Me alegro de los pensamientos que les ha sugerido. Bs.

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  9. Excelente recreación onírica. He descendido por ese túnel contigo. El miedo a la muerte, el rozarla casi con los dedos, es lo que le da sentido a la vida.
    Chapeau!

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  10. SOBRE LA MUERTE,LO TENGO ASIMILADO MUERE LA MATERIA, EL ESPIRITU O ALMA,O LO QUE NOS HACE VIVIR, SE TRANFORMA,NADA SE DESTRUYE,NO ME DA MIEDO LA MUERTE SI LAS ENFERMEDAD Y SUFRIMIENTO,MUY BUENO..

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