La sociedad contemporánea viene sustentada desde hace tiempo por unos fundamentos cada vez más débiles. La primacía de lo leve es progresivamente arrolladora. Lo rápido ha desbancado a lo lento, lo útil a lo trascendental y lo superficial a lo profundo. Vivimos envueltos en una rueda que nos arrasa por completo. Se piden respuestas antes incluso de haber pensado a fondo las preguntas. Pero eso es lo de menos, porque se quieren respuestas, lo que haya de verdad en las mismas no importa, pero se quieren respuestas ahora, ya, para ayer...
Parecemos no necesitar de la lentitud de la profundidad, mientras todo se desmorona rápidamente a nuestro alrededor. No buscamos buenos cimientos, sino bonitos y aparentes tejados. Lo que hoy vale mañana puede no valer y lo que hoy es elogiado, mañana puede ser fácilmente olvidado. Hemos construido una sociedad donde prima la sonoridad de lo intrascendente en detrimento del resonar de lo profundo. El espíritu ha quedado reducido a un mínimo espacio de atención, mientras que la materia ocupa el resto del pastel inundando nuestras vidas con constantes recomendaciones absurdas. Todos conocemos a Bill Gates, pero sólo una mínima parte de la población mundial ha leído a Agustínde Hipona o sabe quién es Hans Küng. Si se leyera más a Platón y a Cervantes...
Esperemos que como algún sabio del siglo XIX comentó en alguna ocasión, la estructura de la realidad se desarrolle mediante una dialéctica de contrarios, donde cada momento acaba siendo superado indefectiblemente por un momento posterior "superior"...
Parecemos no necesitar de la lentitud de la profundidad, mientras todo se desmorona rápidamente a nuestro alrededor. No buscamos buenos cimientos, sino bonitos y aparentes tejados. Lo que hoy vale mañana puede no valer y lo que hoy es elogiado, mañana puede ser fácilmente olvidado. Hemos construido una sociedad donde prima la sonoridad de lo intrascendente en detrimento del resonar de lo profundo. El espíritu ha quedado reducido a un mínimo espacio de atención, mientras que la materia ocupa el resto del pastel inundando nuestras vidas con constantes recomendaciones absurdas. Todos conocemos a Bill Gates, pero sólo una mínima parte de la población mundial ha leído a Agustínde Hipona o sabe quién es Hans Küng. Si se leyera más a Platón y a Cervantes...
Esperemos que como algún sabio del siglo XIX comentó en alguna ocasión, la estructura de la realidad se desarrolle mediante una dialéctica de contrarios, donde cada momento acaba siendo superado indefectiblemente por un momento posterior "superior"...
P.D.: Dedicado a Miguel Ángel, que en mi anterior entrada me pidió explícitamente la publicación de un texto sobre este tema.
Si algo tengo claro, es que a día de hoy; la única crisis existente, es aquella que nos define. Ser humano.
ResponderEliminarGracias a Miguel Ángel y a tí por no olvidar.
Saludos
Excelente reflexión Rubén. Como siempre. Creo que si algo está trayendo de bueno esta "crisis"- según lo llaman los que no quieren ni saben trabajar para cambiar el mundo-, es que está dividiendo el mundo en dos: los que esperan a que esto cambie y los que quieren cambiar esto. El momento de los que queremos estar en el segundo grupo ha llegado. De Bill Gates (aunque yo soy de Apple) sus útiles herramientas. De Platón y Cervantes, la construcción de los ideales y el crecimiento del espíritu.
ResponderEliminarMuchas gracias por la dedicatoria. Un abrazo,
Como de costumbre, excelente reflexión.
ResponderEliminarMontxu, hay que seguir intentando pensar esa crisis...
ResponderEliminarGracias a ti también.
Saludos.
Miguel Ángel, como bien dices entre líneas hay que saber coger lo bueno de cada cosa. Ello nos ayudará a salir de esta situación.
ResponderEliminarUn abrazo!
Ana J., de bien nacidos es ser agradecidos, así que muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarSaludos.
Lo rápido y útil, eso es, ahí la razón de superficialidad, velocidad, banalidad e intrascendencia, porque la sociedad que puede atravesar oceanos con la imagen y la escritura, no quiere esperar, no entiende que la reflexión es lenta, que algunos procesos naturales llevan su tiempo, que ciertas aficiones inútiles, solo son improductivas al pequeño plazo pero quizás más útiles que la máquina que nos hará llegar mucho antes.
ResponderEliminarPor ejemplo este comentario que ni me da de comer ni le da a su autor...
Un abrazo Á.
L'insoutenable légèreté de l'être de Milan Kundera, Gallimard 1984.
ResponderEliminar¿Pensabas en este libro al elegir tu título? Rubén. No sé si fue traducido al español; el título del libro lo traduzco La insoportable levedad del ser. Me gustó.
Y me gusta también tu reflexión.
Ángeles, gracias por tu sensibilidad. Hay que "repensar" el auténtico significado de la utilidad y admirar la maravilla de la lentitud. estoy convencido de que "ahí" radican dos de los grandes males de estos tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Catherine, efectivamente me he basado en ese título para mi texto, cuya novela, al igual que tú, leí en su momento.
ResponderEliminarSaludos.
El tiempo para la reflexión pasó de moda y se quedó en los conventos y monasterios. Aunque aún en ellos encuentran a veces montones de euros debajo de las piedras...
ResponderEliminarSi Platón levantara la cabeza...
No me queda ninguna duda de que no evolucionamos: involucionamos.
Saludos,
Anabel
Yo pienso que solo los de nosotros que aprovechemos la crisis para crecer, saldremos de ella. Perecerán por pura involución los que estén esperando a que escampe.
ResponderEliminarCreo que somos una mezcla de fugacidad y de permanencia, por tanto de velocidad y de lentitud, por tanto de superficialidad y hondura... Como el cauce de un río es piedra, pero también es agua.
ResponderEliminarY siendo así, lo peor es que tienes razón, que es como si lo relacionado con la calma, con la hondura, con la permanencia no existiera. COmo si un árbol pudiera crecer sin raíces, o un río llegar al mar por el aire, o un edificio sostenerse sin cimientos.
Lo bueno sería conocer y admirar (o criticar) a Bill Gates y conocer y admirar (o criticar) a Agustín de Hipona.
Un buen texto para la reflexión.
Anabel, la reflexión es algo intrínsecamente humano. No lo olvidemos nunca y mantengamos presenta a aquéllos que mejor han ejercitado esta digna tarea.
ResponderEliminarSaludos.
Ángeles, buen planteamiento. Muy "útil" y acertado. De los malos momentos siempre salimos reforzados, pero hay que salir.
ResponderEliminarSaludos.
Armando, muy interesante tu reflexión. Cierto que somos una mezcla de muchas esencias, pero no debemos olvidarnos de ninguna para no caer en la perdida de aquello que nos constituye.
ResponderEliminarSaludos.