Entre los títulos que tenía elegidos para comentar en este blog no estaba Todo es silencio, de Manuel Rivas, pero no he podido evitarlo: tengo que hablaros de él. A pesar de lo cual, como me sucede en otras ocasiones con libros que me gustan mucho, no estoy segura de ser capaz de explicar con claridad lo que me hace sentir.En algún sitio leí que con esta novela Manuel Rivas hacía una incursión en el género negro y pensé: ¡qué pereza, otro más! (desde que se ha puesto de moda, quien más y quien menos quiere escribir una novela negra) lo que unido a que era una lectura “obligatoria” hizo que la cogiera con cierta desgana.
Si entendemos como negra una novela en la que hay muertes, corrupción y hampa (en este caso contrabandistas y droga) si que lo es; pero también podría ser una novela de amor y desamor, de ausencias y reencuentros; o costumbrista, porque nos acerca a la Galicia rural, o…. ¡Lo único que importa es que es un libro que merece la pena ser leído!
El libro comienza así: La boca no es para hablar. Es para callar. Dos frases cortas, contundentes y que contienen en gran medida la esencia del libro porque creo que en él lo más importante, lo que tiene más peso en la historia, es lo que se calla, lo que no se cuenta.
Léanlo sin miedo quienes disfruten con la buena prosa, muchas veces poética. Quienes quieran dejarse llevar por el autor y pasear por las playas y acantilados de la costa gallega y sentir el olor a mar que el libro desprende y contagiarse del amor a Galicia que impregna toda la novela.
Absténganse de hacerlo quienes quieran un libro en que la trama sea lineal y no les guste encontrarse con saltos espaciales o elipsis; los que detestan que el autor obligue al lector a esforzarse. ¡No les gustará!
Lo mismo que no pude resistirme a hablaros sobre Todo es silencio, tampoco puedo hacerlo a incluir aquí (excepcionalmente) un Rincón Musical que suena en mi cabeza asociado al libro: Amancio Prada cantando Negra Sombra, de Rosalía de Castro.
Crítica: Lammermoor
Mira tú por donde lo vi antes de ayer en un escaparate y estaba dudando...
ResponderEliminarA por él se ha dicho, gracias compañera y un abrazo Á.
"Lo único que importa es que es un libro que merece la pena ser leído", qué buena frase, tan adecuada para los que quieren clasificarlo todo.
ResponderEliminarEl rincón musical lo oigo en mi cabeza, porque tuve la suerte de escucharlo en un concierto muy especial hará unos mil años (mil=30)
Como siempre, consigues que me apetezca leer este libro.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lammermoor
muy buena reseña de un libro que he leído hace poco. Me gusta mucho el amor de Rivas para Galicia, para el mar, para las palabras raras del campo y de la gente humilde. Dices con toda la razón que él también calla mucho con sus elipsis y saltos espaciales.
ResponderEliminarGracias de una fan de este autor que al principio lo leía en francés y que ahora puede leerlo en castellano.
En cuanto a la música prefiero la versión de Luz Casal pero de toda manera da una buena idea del ambiante de la novela.
Tus reseñas literarias hacen crecer este espacio redondo y cultural que es La Esfera.
ResponderEliminarEsperamos por las próximas. Gracias
Esa en resumen es mi poinión sobre este libro que reseñé no hace demasiado tiempo: Un libro para “gourmets” de la literatura, que como todo gran plato, hay que degustarlo despacio, paladeando las palabras y aspirando los aromas de sus 245 páginas. Y así, su digestión será tan provechosa para el cuerpo como para el alma.
ResponderEliminarBueno, pues está claro que el libro me gustó mucho no?
HOla,Ángeles, espero que no te decepcione.
ResponderEliminarLoque, yo que soy tan aficionada a clasificar y agrupar (deformación profesional) hace tiempo que tengo claro que en literatura solo cabe la siguiente división: buena y mala literatura.
Ana J, gracias a ti.
Catherine, la lectura en el idioma original siempre es mejor; quieo leer algo suyo en gallego.
En cuanto al autor asistí a una charla con él (de ahí lo de la lectura "obligatoria" y me enamoró. Tengo pendiente escribir sobre ello)
Es cierto, no había pensado en Luz Casal. Es que cuando pienso en Rosalía de Castro (el título de la obra está sacado de uno de sus poemas) siempre se me viene a la cabeza Amancio Prada.
FranCo, gracias. A veces temo no estar a la altura. Espero poder publicar en breve otra (o al menos rescatar una a la que le tengo especial cariño)
Hola, Susana. Compruebo que coincidimos en lecturas y gustos. Tienes razón este es un libro para "gourmets literarios".