Texto e ilustración: Sara Lew
06 abril, 2011
En otra piel
Ven, querida, acércate, quiero tocarte. ¡Qué cutis tan suave! ¡Qué rasgos tan armoniosos! Siéntate aquí en el sofá. Cuéntame tus periplos en el bosque. ¿Has visto un dócil animal a la sombra del camino? ¿Has oído, tal vez, sus tímidos aullidos de advertencia? No temas. Mis manos están tan agarrotadas como mi voz. Mis ojos, tan turbios como mis reflejos. Y mis mandíbulas, tan débiles como los dientes que ya no tengo. Soy el lobo dentro de tu abuelita. Ella yerra por el monte, desperdiciando mi cuerpo.
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Los cuentos populares (no diré infantiles) dan mucho juego. Esta versión, por ejemplo, es muy, pero que muy inquietante...
ResponderEliminarA ver si va a resultar que la abuela es la peligrosa y el pobre lobo pasando por ahí penurias.
El final de los cuentos nunca coincide con la última frase, siempre es tan abierto como la imaginación del lector.
ResponderEliminarGracias por comentar, Amando.
Un saludo.
Uy, qué miedito.
ResponderEliminarSaludos,
Anabel
Es el hombre el mayor depredador de este mundo. Engullimos hasta al más fiero de los seres de este planeta, nosotros mismos.
ResponderEliminarMe encantan las actualizaciones de los clásicos, inquietante, Sara. Estupendo
ResponderEliminarCaramba!. Aquí si que cabe aquello de: "¡Cómo ha cambiado el cuento de Caperucita!". Buen micro, Sara.
ResponderEliminarSara, tus ilustraciones empiezan a tener estilo propio. ¿Estilo Saralewys?
ResponderEliminarMe parece una vuelta de tuerce a la historia de la dulce abuelita y el lobo feroz realmente genial.
ResponderEliminarCada día me gustan más tus micros.
Un abrazo
Gracias a todos por leerme y comentar, y gracias a La Esfera Cultural por publicar mis microrrelatos.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo, que no entiendo de ilustraciones, me resulta complicado decidirme por la ilustración o el texto de nuestra reina del micro. Los dos me parecen realmente buenos. Por lo demás he de decir que yo nunca me he fiado de las abuelitas, sé que aullan por las noches y se ponen colmillos postizos.
ResponderEliminar"Ella yerra por el monte desperdiciando mi cuerpo" Es que es mucho, y qué divertida versión. Me ha encantado.
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