28 agosto, 2011

El ciclo de la vida


María tiene ochenta años, Alba veinte días. Casi un siglo, dos generaciones biológicas - tres si consideramos el tiempo real- les distancian y separan. Ahora están juntas, sujetada la pequeña por los brazos temblorosos e inseguros de la mayor, que no cesa de sonreír y de decir palabras halagadoras; demasiadas palabras, frases repetititivas y estereotipadas que al cabo de un rato resultan cansinas:
- ¡Qué bonita es!. Hay que ver las manos lo pequeñas que se ven. Tiene mucho pelo, parece rubio...- y vuelta a empezar
-¡Qué bonita es...- Su débil cerebro no da para más, pero nadie duda de su emoción sincera y de que esa niña nueva,
su undécima nieta, supone el regreso por unos minutos a los tiempos en los que se sintió útil - esposa, madre, abuela- y que ella ignora, aunque empiece a sospecharlo, que nunca volverán.
Alba aún no sabe hablar, apenas sonríe, necesita ser alimentada y cuidada a todas horas para sobrevivir ( las crías de la especie humana tardan en ser autosuficientes), pero llora, mama y patalea como una jabata. María, en el extremo opuesto del ciclo vital, se vale por sí misma para comer, arreglarse y asearse, mas su conversación cada vez es menos inteligible y, aunque camina sin bastón, sus pasos carecen de rumbo y su día a día requiere casi tanta supervisión como los de la recién nacida.
Dentro de muy pocos años, tres, cuatro a lo sumo, sus papeles se habrán invertido: Alba se desplazará libremente, con algún tropezón que le enseñe a caminar con prudencia, y se comunicará con palabras para entender y hacerse entender; María se parecerá cada vez más a la bebita que ahora acoge en su seno, al cachorro humano incapaz de sobrevivir por sí solo.
Hoy, que todavía es mayor el empuje de la anciana que el de la niña, inmortalizo y retengo esos momentos como homenaje a la vida, que sigue su ciclo imparable y que a veces puede ser maravillosa.
Texto: Ángeles Hernández
Narración: La Voz silenciosa

13 comentarios:

  1. Emocionante, emotivo, triste. Pero, es la vida, ese ciclo de la vida que tan bien relatas.
    Y, aunque en un futuro próximo María puede que ya no recuerde nada, aquí quedará su memoria.
    Gracias, Ángeles.
    Un abrazo enorme

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  2. Precioso, real como la vida, aunque nos cueste aceptarlo.

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  3. A veces duele contemplarse en el espejo. Y este es un espejo que nos traes. Así fuimos y si hay suerte a eso llegaremos. Quizá se piense que total, para acabar como María, mejor acabar antes... ¿Pero es seguro? ¿Es seguro que la emoción de tener a su undécima nieta en brazos es menos impoortante para ella que cuando tuvo el primero o la primera y era capaz de relacionarse con el mundo de otra manera, e incluso sus pasos tenían sentido?
    Mejor aceptar el ciclo como lo que es, un ciclo e intentar abrazar cada momento como venga. Pero es difícil, triste y doloroso en algunas ocasiones.

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  4. Muchísima sensibilidad y emoción hay aquí, amiga Ángeles.
    Bien cierto es que los humanos somos igual de torpes al comienzo y al final de nuestros días. Un círculo que se cierra sobre sí mismo. Pero al principio es menos sangrante, pues no nos enteramos, y terrible al final si somos conscientes.
    Precioso. Me encantó.
    Besos.

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  5. Esa es la vida que avanza imparable. No sabemos qué pensaremos llegados a ese punto de regreso a la infancia. Lo único cierto es el momento y la emoción con que lo cuentas.
    Un beso enorme, Ángeles.

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  6. Es triste y cariñoso a la vez. Pienso en mi abuela a quien le gustaba tanto los bebés, mi abuela con mi hijo, el último bisnieto que mimó.
    Un fuerte abrazo, Ángeles.

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  7. No podemos escapar de los ciclos. La única forma es renunciar. Bajarse del autobús de la vida.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Jaime, de Oviedo29/8/11, 23:29

    El imparable (a veces implacable) ciclo de la vida, cuyos extremos -el lactante y el anciano- tan bien conoces.
    ¡Qué bien lo expresas, compañera!

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  10. Gracias por pararos a leer y comentar este texto que es sobre todo una reflexión a gritos que dolorosa quiere poner su toque de realismo optimista pues como dice Amando : el entusiasmo por la niña no tiene porqué verse mermado por la edad o ell deterioro. La pequeña podrá encontrar sus raíces en la foto y en el texto que mantendrán viva a María en su recuerdo - Ana lo apunta.-

    Gracias También a Isolda, Catherine, FranCo, Isabel, Malen y Marian.

    Á

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  11. Ángeles me ha gustado mucho este ciclo de la vida que está tan presente en todo ser humano.

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  12. Jaime gracias por participar en esta experiencia nueva para ti y animare a enviar algún texto.

    Inma, cariño y mucho respeto : si la naturaleza así lo ha decidido...

    Un abrazo. Á .

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  13. La nostalgia atrapa siempre, como preludio del destino, del único que es cierto.

    Besos
    NANDO

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