17 noviembre, 2011
Dos extraños curiosos impertinentes en un tren de largo recorrido.
Se encontraron dos extraños frente a frente, en la parte del tren en que los asientos se miran y se despliega una mesa. Ambos eran jóvenes y hermosos. Iban provistos de buenos libros para el viaje. Rebosaban distinción. Había algo en el ambiente que enrarecía la cercanía. Iniciaron una conversación que se prolongó en la tarde, en el transcurrir de valles y montañas. De pronto uno le dijo al otro al tiempo que le mostraba la fotografía de una bella mujer rubia:
-Es Laura, mi esposa, tengo que ponerla a prueba, ¿estarías dispuesto a ayudarme? He de saber si me es fiel. Solo tienes que intentar seducirla.
-Lo haré si tú haces lo mismo por mí. Llevo tres años casado con Celia y empiezo a ver ciertos signos de tibieza en nuestro trato –le dijo mostrándole el rostro fotografiado de una preciosa morena de ojos verdes y labios sonrientes.
El trato se cerró poco antes de concluir el viaje. Quedaron citados en un hotel de lujo para el siguiente fin de semana.
Pasaron el tiempo de espera sumidos en una inquietante excitación. Necesitaban una prueba. Al menos eso era lo que ambos pensaban…
Texto: Lucrecia Hoyos Piqueras.
Narración: La Voz Silenciosa
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El riesgo mezclado con la mentira y el autoengaño.
ResponderEliminarBuen micro que incita al lector a continuar la historia con las posibles variantes, para empezar escuchar a Celia y a Laura.
Se me hace corta la historia, me quedan las ganas de saber más. No obstante, la prueba, el riesgo peligroso que supone, se desprende vertiginosamente del texto.
ResponderEliminarNecesitamos saber el desenlace!! Buen relato que nos deja con la miel en los labios..
ResponderEliminarAhí tienes el reto, Lucrecia. A ver cómo lo acabas. La petición es unánime: Queremos segunda parte.
ResponderEliminarEspero ansiosa la conclusión de esta historia, por otra parte recreada en varias ocasiones en el cine. Así que adelante, Lucrecia.
ResponderEliminarBesos.
Armando, tú lo has dicho muy bien: " incita al lector a continuar la historia". Puede haber muchas variantes, aunque claro yo tengo la mía. Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarGracias Dácil, seguro que puedes imaginar una continuación.
ResponderEliminarMalén ¿no será mejor quedarse con ese sabor en los labios? Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, Miguel Ángel, me lo pensaré. A mí me gustaba este final abierto. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarGracias, Isolda. Yo no he visto ninguna de esas recreaciones en el cine. He fusionado cine y literatura, pero la película en que me ha inspirado lo que intercambiaban era un asesinato. Besos.
ResponderEliminarTienes razón, Lucrecia, la primera y la mejor se trataba de un asesinato. Luego vinieron algunos remakes. Ahora te toca a ti, esto promete!
ResponderEliminarBesos
Lástima no saber cómo termina la historia, aunque a veces dejar que la imaginación del lector la concluya, la hace más interesante. Buen micro Lucrecia, enhorabuena.
ResponderEliminarPienso como todos los demás has cortado el relato en lo más interesante. También pienso que es materialmente imposible que dos hombres se propongan esa prueba.
ResponderEliminarEnhorabuena Lucrecia.
Muchas gracias, Yolanda, un abrazo.
ResponderEliminarHola, Inma, al final me vais a convencer para continuar el relato, lo compartiré si encuentro una solución airosa para este conflicto.
ResponderEliminarYo no veo que esta prueba sea materialmente imposible entre dos hombres, de todas formas te remito a una novelita italiana que está incrustada dentro de "El Quijote", cuyo nombre es "El curioso impertinente".
Gracias Lucrecia me lo apunto.
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