12 noviembre, 2011

La manzana de Adán


Conoció la cosa más viva, bonita y especial, una mañana en el corazón del verano. Hacia calor. Ella deslizaba su gracia divina, abriéndose paso en el aire, mudo y rendido a su sonrisa.
Le gustaba todo cuanto veía. Antes del mediodía, ya había devorado parte de su cuerpo, sus manos, sus pies, su sexo. Lentamente, sin pausa, fue desgustando sus ideas, con la impaciencia del que no puede esperar. Dejando para el final, sus ojos, con su interminable mirada.
El presente acababa de devorar el futuro.
Texto: Daniel Granados Franco
Narración: La Voz silenciosa

8 comentarios:

  1. Muy bueno! Un micro que nos obliga a hacer una relectura para saborearlo con mayor precisión, después de ser engañados por el autor, que utiliza un formato lleno de lirismo que contribuye a despistarnos. Enhorabuena Daniel.

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  2. Forma original de presentar el eterno tema del tiempo que todo lo devora. Felicidades, Daniel.

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  3. Me ha gustado muchísimo. Tan breve y tan intenso. Como apunta Marcos, esa forma dulce de escribir, obliga a releerlo.
    Un beso, Daniel.

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  4. "con su interminable mirada" Una forma de cerrar la narración de manera bella, cómo todo el relato.
    Besicos.

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  5. Debo de ser una tronca, pero no logro identificar de qué va la historia, y eso que la he leído al menos cuatro o cinco veces (y no exagero).
    Ciertamente, está escrita de una forma muy bella y sugerente pero no consigo comprenderla, aunque veo que otros sí, con lo cual, el problema es mío.

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  6. Daniel, un micro muy poético y metafórico. El tiempo todo lo devora, se devora a sí mismo, avanza inexorablemente, siempre es presente, siempre es hoy para el tiempo. El tiempo es igual a sí mismo desde que la manzana de Adán nos expulsó del paraíso.

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  7. Amando gracias por tu explicación, pues al igual que Ana, lo he leído hace unas horas y lo dejé. He vuelto a leerlo y ahora se me atraganta más.
    Esperemos que el autor nos encienda una vela y me ilumine.
    Daniel necesitamos tu ayuda.

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  8. Imaginad por un momento que el autor del pecado original es Adán... y la manzana es Eva. Tan hermosa y radiante que Adán la sostiene con sus manos y en vez de conservarla, escucharla, aprender de ella y darle el tiempo que todo necesita... la devora, la consume, la extingue y con ella su futuro, el de todos se pierde en la impaciencia que en este siglo se extiende como una enfermedad en todos los ámbitos.
    Es extrapolable a cualquier ejemplo:
    - Una pareja que se acaba de conocer: ¿cuanto tiempo se dan para saber el uno del otro sin atropellarse mutuamente?
    Es un ansia generalizada. En los trabajos... en la misma escritura: cuantas veces lo haríamos mejor si repasáramos e intentáramos mejorar lo escrito.
    Y sinceramente... eso es disfrutar el momento, el presente más actual satisfecho hasta los límites de todo cuanto somos, hipotecando el futuro hasta llegar a no tenerlo.

    Muchas gracias a todos por leerlo, por comentarme tan amablemente e incluso por darle significados nuevos, que por otra parte enriquecen el texto en sí.

    Con vuestro permiso, voy a colocar las entradas de cuando lo escribí, con sus diferentes interpretaciones:

    http://laspalabrasde21.blogspot.com/2011/11/la-manzana-de-adan.html


    http://280ypunto.blogspot.com/2010/10/la-manzana-de-adan.html


    Gracias de nuevo a todos/as y especialmente al equipo de La Esfera Cultural por publicar mis escritos.

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