Y la música sigue sonando. Con los ojos cerrados se oyen los sonidos del silencio. No puede evitarlo las palabras martillean sus pensamientos, le traen constantes y fugaces imágenes de lo vivido.
En su torre no hay nadie; solo él, está demasiado aislado para compartir. La última vez que rió fue hace tanto que ha olvidado cómo se movían los músculos de la cara. Ahora, lo intenta pero el rictus producido por tantos sinsabores está presente.
Sólo tiene una ventana por la que mirar al exterior, a ella se asoma todos los días, inspira y aspira el aire fresco que se balancea sobre las palpitantes horas en las que está instalado; viendo cómo pasan, cómo se alargan con la elasticidad de un tiempo que apenas existe. En su cabeza revolotean las ideas de ida y vuelta. Los días felices quedaron para el recuerdo al final del trayecto recorrido.
Es muy duro un mundo sin risas y en soledad.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos desde el aire
Gracias, muchas gracias por vuestra generosidad, en mi blog hago referencia, ahora mismo de esta publicación en La Esfera Cultural de hoy 11/11/11.
ResponderEliminarMe siento agradecida pues es un placer ver mis palabras escritas en otras ventana...
Besicos a quienes corresponda.
Cabopá o Carmen, así no te reconocía. Es una bonita historia interior de una soledad triste. Muy bien narrada y reflejada.
ResponderEliminarMe gustó.
Bessets.
Carmen, tu historia triste hace homenaje a los numerosos muertos en vida que nos rodean. Has teñido con la tinta de la soledad.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato, más bien una estampa o una postal, como tú dices, una instantánea de la soledad; aunque el mundo sigue su curso paralelo al de la historia, indiferente y duro.
ResponderEliminarMi enhorabuena.
Un saludo.
Es triste, Carmen, es casi una muerte en vida. ¡Ojalá tenga recuerdos e imágenes felices!
ResponderEliminarBesos, muchos.
Como siempre, lo mismo que en las monedas, existen las dos caras. El silencio por un lado es sosiego, paz, aprendizaje, interiorización. Pero por el otro lado es un viento suave, viciado, frío, que no es más que presagio de muerte y de abandono.
ResponderEliminarLo expresaste bien. Por eso la congoja...
Un retrato interior de la soledad, de la tristeza, trazado con pluma certera y trazos exactos.
ResponderEliminarTriste en contenido, pero muy bonito en su expresión. Captas a la perfección la nostalgia del tiempo ido (tempus fugit), el estadio final de la soledad a la que todos estamos abocados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dura , muy dura postal de invierno, y muy bien narrada.
ResponderEliminarLa putada es que a veces la realidad supera a la ficción.
Un abrazote
Buen texto para una historia de soledad y tristeza.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Qué triste! esa temida soledad del anciano.
ResponderEliminarMuy bueno, me hace pensar en un anciano, o un enfermo de cualquier edad.
ResponderEliminarMuy bueno Cabopá, y muy triste esa soledad detrás de la ventana. Enhorabuena por la merecida publicación. Y esos recuerdos que revolotean a su alrededor que le hacen vivir en el pasado donde fue feliz. Tristrísimo pero precioso. Un beso.
ResponderEliminarMuy bueno,dos blog que añadir para leer,me gustan
ResponderEliminarSaludos
Qué buen gusto tienen estos señores de La Esfera para seleccionar textos.
ResponderEliminarMagnífico relato.
De cuantos reinos tiene el hombre
El más oscuro es el recuerdo.
Besicos.
LLevo un buen rato intentando recordar el nombre de una película que vi hace muchos años y que me ha venido a la mente al leer este texto. Es la de un soldado gravemente herido durante la Primer guerra Mundial que perdió todos sus miembros y su cara quedó destrozada.Apartado de los demás en una habitación oscura reflexiona sobre las cosas que logra sentir en ese momento, mientras le van y vienen recuerdos cada vez más débiles.
ResponderEliminarUn relato muy bien tratado que nos acerca al borde de la existencias para ponernos en la piel del otro.
Enhorabuena, vecina.
Marcos,
ResponderEliminarSe llama: Jhonny cogió su fusil.
Yo también la recuerdo muchas veces; en aquel momento cuándo la vimos a los de una "cierta generación" nos afectó muchísimo...
Gracias por la comparación; qué difícil es a veces ponernos en la piel del otro.
Besicos vecino y de nuevo gracias, gracias por la publicación.
Amenazo con seguir participando.
BESICOS EN LETRAS MAYÚSCULAS PARA TODA LA ESFERA.
Amiga, Cabopá, tienes el don del dibujo. Dibujas con palabras bellas y precisas, postales con trazo firme e inequívoco.
ResponderEliminarEnhorabuena y muchos besicosss...
¡Eso! "Johnny cogió su fusil", cuando la vuelva a ver me acordaré de tu relato. Gracias Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra mucho verte aquí, querida Carmen. Un mundo de recuerdos que no siempre nos acarician la piel.
ResponderEliminarUn abrazo
Otro relato estremecedor, pero real. Incluso real si se aplica en sentido metafórico.
ResponderEliminarGracias a La Esfera Radio, por esa narración tan bien sonante de la Voz Silenciosa, os acabo de enlazar en mi blog...Muchas gracias hacéis una labor magnifica...
ResponderEliminarBesicos.
La autora. de la que soy fan desde hace tiempo, me ha traído hasta aquí, y me ha encantado la experiencia de oír este relato en otra ventana.
ResponderEliminarCuando uno se aisla y se olvida de sonreír, de compartir, de amar... muere en vida.
Un saludo,
Gracias,
ResponderEliminarRosa M.
Nicolás Jarque
Paloma Hidalgo
Cayetano
Isolda
Eastriver
Rosa Cácers,
Isabel Martinez Barquero
murci
Ana J.
Mar Horno
J.M.Gonzalo
Thornton
Marcos Alonso
Mercedes González
Virgi
Amando Carabias María
Tesa.
Besicos a todos.