21 enero, 2012

Calle abajo



Una noche de diciembre Elena terminó de recoger la vajilla, se puso el abrigo y en zapatillas bajó despacio las escaleras para tirar la basura al contenedor. Al pisar la acera echó a andar calle abajo con su bolsa de basura en la mano y anduvo y anduvo.
Su familia llenó la ciudad con la foto de su rostro ajado, que los meses, el sol y la lluvia terminaron por desvanecer. Pero Elena no volvió.
Texto e ilustración: Pilar Aguarón Ezpeleta

16 comentarios:

  1. Hermoso relato, Pilar. Con las palabras justas, despojado de todo accesorio, no se necesita nada más. Me gustó muchísimo.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ana, se me olvidó ponerlo cuando lo subí, pero iba dedicado especialmente para ti, por aquello de la brevedad en las palabras. ;-)

    ResponderEliminar
  3. Bueno,la Ana a la que me refiero es la Joyanes, creo que tengo un lío de anas, así que lo dedico a todas las Anas que lo pudieran leer :-o

    ResponderEliminar
  4. GRACIAS, Pilar!
    Esta sí que soy yo, la Joyanes.
    Qué magnífica sorpresa nada más abrir La Esfera!!!
    Pues ahora no sé qué decir, me entra el ataque de timidez...
    Ana, la primera, ha dado en el clavo. Me sumo a su comentario, y añadiría que esa economía potencia la imagen de soledad y, ¿por qué no?, de libertad.
    Un abrazo grande

    ResponderEliminar
  5. Otros prefieren ir a comprar tabaco, y hasta que dan con el estanco...
    ¿Por qué nos empeñamos en no mirar el gesto de quienes rodean, y luego nos sorprenden sus reacciones?
    Bravo. Pilar A

    ResponderEliminar
  6. Preciso, muy preciso ..sencillamente tomo su abrigo,y se marcho.,Nos deja imaginando que pasaria?..pero va más allá de tansolo se fué

    Me gusto,que hace a uno marcharse calladamente..asi..
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Decisiones para siempre...¡quién sabe cuánto le costo! En pocas palabras, tantísimo:

    Besos

    ResponderEliminar
  8. Me encantó el relato, pero en todo el día, blogger no me ha permitido entrar a comentar. Está tan bien escrito, es tan real y tan duro...
    Besos, querida.

    ResponderEliminar
  9. Con esa actitud "sólida", la decisión inquebrantable, como la del suicida convencido o como el que está muerto y quiere comenzar a vivir. Un micro con todas sus letras ( ni una más, ni una menos). Buen texto.

    ResponderEliminar
  10. Gracias Isolda, Gracias Marcos, Gracias Virgi

    ResponderEliminar
  11. Microrrelato que lo dice todo en pocas lineas :felicidades

    ResponderEliminar
  12. El incluir la foto que se desvanece, ha sido una genialidad. Dota a este micro de ese efecto de que nada quedó de lo que algún día hubo. Enhorabuena, y por cierto, la ilustración genial.

    ResponderEliminar
  13. :-) gracias Isabel y Miguel Angel, besos

    ResponderEliminar
  14. Muy buenos, texto e ilustración.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Aguarón en estado puro.

    Anabel

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.