14 febrero, 2012

Cartas de amor y desencuentro


4 de Febrero.
Hoy encontré una carta de amor bajo mi puerta; sin remitente, escrita a mano, con una caligrafía impecable; algunos rasgos de sus letras son tan personales que entusiasmarían a cualquier grafólogo; un texto elaborado con pulcritud, aunque reconozco algunas frases plagiadas, perfectamente encajadas en el escrito. En otro tiempo, esto me hubiera bastado para rechazarlo; nunca admití los engaños. Ahora lo contemplo con otros ojos; valoró su audacia; ese deseo de deslumbrarme con pequeños hurtos literarios, me conmueve. Supondrá que leo poco ¿quién puede imaginar mis aficiones literarias con esta guisa de triste dependienta de perfumes (sin perfume) a orillas de la jubilación?
Me dice, que desde hace años me ama en silencio; que nunca se atrevió a abordarme y prefirió que habitara sus sueños antes que
aniquilar sus esperanzas con mi rechazo; pero que últimamente le está resultando difícil contenerse, consciente de que “el tiempo se nos escapa sin darnos tregua”.

7 de febrero.
¡Que larga se me hace la jornada entre aromas que odio! Al salir, escondo mi desgastada máscara de amabilidad forzada y acelero el paso. El corazón me late con fuerza al abrir la puerta de casa; sin encender la luz, palpo ansiosamente el suelo; la emoción de ese momento a oscuras, hasta que encuentro su carta, no lo cambiaría por nada; luego, la guardo celosamente para leerla al final de la noche. Hoy, me ha descrito con detalle el recuerdo que guarda de mi imagen montando en bicicleta, con la melena y la falda al viento. ¡Sabe Dios cuantos años hace que perdí de vista esa ridícula bicicleta con cestita; al igual que ocurrió con mi melena de la que me deshice junto con todo lo demás, el día que-harta de esperar- decidí desarmar mi coquetería.

9 febrero.
Ahora, mi corazón no quiere renunciar a estas misivas amorosas y me somete a la dictadura de sus impulsos, la sensatez que desde hace años regía mi existencia ha sido destituida. Bajo este yugo arrebatado, he comprado una falda de vuelo, a pesar que, desde hace años, sustituí mis vestidos por cómodos vaqueros. Al llegar a casa me la probé y bajo el influjo de la voz profunda de Leonard Cohen (la melodía que él dice escuchar mientras me escribe) comencé a danzar descalza, mientras mi falda volaba; danzaba ágilmente, como poseída por la imagen de mi juventud, sintiéndome ridículamente feliz.

14 de febrero 2.012 He notado que este estado de creciente felicidad me reconcilia con la vida y en el trabajo disfruto como antaño. Esta noche al llegar a casa creyendo oír pasos, corrí escaleras arriba; me sorprendió un ramo de margaritas en mi puerta. Presa de un impulso, toque el timbre de mi vecino Juan -por si había visto a alguien merodeando por allí-. Cuando abrió, nuestros ojos se encontraron y su rostro pareció iluminarse; por un instante, creí que me revelaría algo, pero, inexplicablemente, bajó la mirada negando con la cabeza. Molesta con él- no sé bien por qué- me dí la vuelta y cerré de un portazo.
Este Juan, sigue igual de apocado e indeciso. ¡Siempre me contuve de sacudirlo para que espabilara, desde que éramos de la pandilla del barrio! Mejor así, tampoco yo necesito desvelar quien me escribe.

Texto: María Isabel Machín García
Narración: La Voz Silenciosa

15 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Te has adelantado. Estaba justo tuiteando el texto, para luego escribir que me ha gustado este modo de contar una historia de amor suspendida en el miedo.
    Es verdad que no recibió el no por respuesta, pero tampoco el sí.
    Quién no da el paso no podrá ser derrotado, pero tampoco podrá triunfar.

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  3. Siempre me dejáis con las ganas de saber algo de la historia,¡no es justo!
    Como decía Amando,no será derrotado,pero tampoco triunfará.
    ¡Hay que vivir sin miedo la vida!

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  4. Que texto tan apropiado para un día tan significativo.
    Felicidades

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  5. Gracias Amando, 7 Plumas, Byron y a tí Mar por vuestros comentarios, y a la esfera por la publicacción de mi relato para este día.
    Tienes razón Amando, la paciencia no es mi mayor virtud.
    Solo cuando empezamos a contar los años a la inversa "los que nos quedan por vivir", valoramos la importancia del tiempo,de lo que podía haber sido y no fue.
    Un afectuoso saludo.

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  6. Certero relato para un día como hoy, pero demostrando que el amor se vive de muchas formas y que esta nos la has acercado muy bien.

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  7. Gracias una vez mas, por tu opinión Inma.
    El amor siempre es bueno y cuando nos despierta emociones dormidas, todo nuestro mundo se renueva.

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  8. El amor lo intentamos idealizar. Y siempre lo buscamos lejos y exótico. ¿nunca puede estar en la puerta de nuestro vecino? ¿En el super del barrio? Pero si en cada barrio, ciudad, país... hay un super.

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  9. Creo que voy a tener que fijarme menos en los ojos de las sardinas y mas en los del solitario que tenga al lado, sobretodo al oido de palabras como:"medianito que es para mi solo"...Luego está, que el también deje de mirar al pescado,claro, que esto siempre es cosa de dos.

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  10. ¿Qué es más ciego, el corazón o la mente? Me ha gustado el texto porque hace reflexionar sobre el poder de la imaginación y el enamoramiento.
    Saludos

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  11. Me ha gustado mucho tu texto. El poder de la ilusión es sorprendente y revitaliza. No dejemos de buscarla.

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  12. Buena historia de amor y, sobre todo, de ilusión.
    Nunca es tarde, verdad?

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  13. Bellísimo, me encanta tu relato de amor..
    Abrazos

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  14. Agradeceros a todos la lectura y los comentario. El poder de la imaginación queda patente en los magnificos relatos e ilustraciones que he visto publicados en la esfera. Gracias. Un cordial saludo

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