18 febrero, 2012

El monstruo escondido en el follaje del jardín


¡Silencio! El monstruo está escondido en el follaje del jardín y mira hacia las estrellas. Él, que siempre ha vivido en la ciudad bajo la luz artificial de sus entrañas, no sabía que existiera el viento ni que agitara con revuelo las hojas de los árboles ni que despejara por entero el pelo de su rostro. Está absorto observándolo todo y oliendo la humedad de la noche.
¡Callen! Nos va a oír. Se levanta. ¡Está mirando hacia aquí! Capaz es de franquearnos el paso y engullirnos. ¡Viene!¡Huyamos! Trepemos el muro de piedra que da a la calle que allí no se atreverá a seguirnos ni a cruzar entre los coches.

*****

Comienza el amanecer, sus primeros rayos difuminan los tejados de las casas. En el jardín
las huellas hundidas de los policías y sus perros serpentean en la nieve. Agazapado sobre el alfeizar de la ventana el monstruo los observa y, una vez más, se abandona a la lenta transformación de la noche en día, a la luz que lo invade todo segundo tras segundo.
El teniente McLaren descubre un mechón de pelo atrapado en unas ramas y lo guarda en un plástico. Levanta la mirada hacia la fachada del edificio y cree percibir una sombra. Con tranquilidad, sin mostrar prisa alguna, da el aviso a los demás:

Lo hemos encontrado...

El sol se dibuja ya sobre el perfil de las montañas, su resplandor deslumbra hasta cegar. Al monstruo no le importa el dolor, le gusta estar así acariciado por la luz, por la tibia luz.

¡Eh, tú, estás detenido! ¡Los manos en alto!


Texto: Dácil Martín.
Narración: La Voz Silenciosa

7 comentarios:

  1. Qué pena! Ni un solo monstruo se escapa de ser detenido por los supuestamente normales.
    He sentido mucho dolor por ese monstruo, alguien diferente, en definitiva, que, por fin, descubre la belleza del mundo para ser atrapado por los que lo volverán a relegar a la oscuridad.
    Me ha encantado.
    Un abrazo grande

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  2. Me deja un sabor triste. Él, que ya había encntrado donde sentarse al sol y ver el mundo y se lo llevan. Un uento precioso, querida Dácil.
    Besos al aire libre.

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  3. ¿Lo distinto es peligroso, o lo peligroso es distinto?
    Ante un monstruo siempre la misma pregunta. Y en el fondo, en sí misma la respuesta. Casi todos los monstruos (¿verdad, Ana?), incluso los más peligrosos para la raza humana en el fondo siempre están sufriendo, porque ambicionan muchas de las cosas que nosotros ni siquiera tenemos en cuenta.
    Hermoso relato, Dácil.

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  4. Gracias Ana, Isolda, Amando.
    Sabía, Ana, que los monstruos son tu debilidad, sobre todo aquellos que no son más culpables que la sociedad en la que se ha creado.
    Isolda, querida también, me encanta que me leas.
    Ay, Amando, eres u sabio. Me gusta más "lo distinto es peligroso".

    Besos a todos.

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  5. Y al final acabaron por atraparle... lo extraño, lo monstruoso, a pesar de temerle siempre acaba por atraernos... buen relato que deja un pequeño sabor de boca a leer más... quizás te animes a seguirlo? un abrazo.

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  6. No sé por qué me imagino a un teniente McLaren bajito y mala leche apuntando al monstruo (también me he acordado del dragón de Lagrimas mágicas)ruborizado mientras intenta sonreír. Es que los textos dacilianos son así de gráficos con esas tres cualidades que lo hacen tan originales: trágico, tiernos y mágicamente reales, consiguiendo una extraña tensión entre la incertidumbre de lo trágico y la ternura tratada con esa exquisita forma de escribir.

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  7. Nuria, gracias, me alegra que te guste. Y sí, el texto viene de una historia más larga. Tal vez publique la continuación.
    Marcos, que entrañable comentario, me llega al alma y me animan mucho, no sabes cuánto. Gracias, amigo.
    Voz silenciosa, igualmente te digo, oír mis textos por ti narrados, me emociona tremendamente. Y encima, acompañado del comentario de Ana. Muchísimas gracias.
    Abrazos

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