No podía llorar, los hombres no lloran, se lo dijeron desde niño y desde niño se tragaba las lágrimas amargas y saladas. Desde niño cerraba los ojos prohibiéndose el descuido de la pena. No existía razón para llorar, nada justificaba la angustia acuosa, la debilidad de la sinrazón. Nada permitía licencia al sentimiento, a lo desconocido e incontrolable.
Hasta que aquel golpe lo quebró por dentro, arrojó el agua contenida, anegó todo su espacio, liberando la pena encubierta, contagiando un entorno reseco, enjugando los ojos ajenos, tapando las bocas que, ahora, respiran agua.
Quedó enjuto, rehaciendo el desecho olvidado, dejando atrás el camino de hiedras que nacen al calor de su llanto.
Texto: Inma Vinuesa
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Como siempre tu micro es delicioso, escrito con el detalle del matiz, con la fina observación...
ResponderEliminarLa educación machista en la que crecimos (y quizá sigan creciendo nuestras jóvenes generaciones), también tiene muchas cosas negativas para el varón.
La más evidente es la de ningunear a la mujer; pero no es menos grave la de apartarnos de aquello que se supone, tan absurdamente, esencia de mujer. Y no saber o no poder o no dejar llorar es uno de nuestros mayores lastres. Desde el famoso dicho de la madre de Boabdil a su hijo cuando perdió Granada, llorar ha quedado como una lacra para el macho, como si fuera una debilidad, cuando es una manifestación de nuestros sentimientos.
A mi me cuesta llorar. Lo reconozco. No es por nada especial, simplemente me cuesta. Lloro más cuando me emociono que cuando los problemas me agobian. Ahí me como las lágrimas y se forman charcos dentro de mi donde crecen los sapos, gordos, que me acogotan la garganta. Por eso me veo tan bien retratado en esta maravilla de texto, Inma. Me ha llegado, tan dentro, que no he podido evitar llorar, pero solo un poquito, aunque como dije antes, llorar de emoción.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces ayuda llorar, derramar una lágrima para aliviar la pena interior... siempre hay un momento en el cual debemos arrancar todo sentimiento que daña nuestra alma, emocionante microrelato,enhorabuena, un saludo.
ResponderEliminarPor fin tu personaje se siente libre y puede llorar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu micro
Saludos cordiales
Qué preciosidad esta explosión de llanto que anega todo. Me ha encantado, Inma. Llorar ya es algo común a todos, no hay distinciones; es más, admiro a los hombres que lloran, porque rompen tabúes y se declaran sensibles. Tambien a ti, Miguel Angel, aunque sea de emoción, jaja.
ResponderEliminarUna maravilla, querida Inma.
Qué bien describes el control de las emociones a que se sometió a los hombres en su educación, pero al final que pueda romper en llanto y la imagen del camino de hiedras, me ha encantado. Pienso que las lágrimas no solo desahogan y alivian, sino que también curan y crean. Tu lo has expresado de una forma ideal.
ResponderEliminarFelicitaciones Inma,
Un micro magnífico.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos.
Estupendo micro, lleno de sensibilidad y poderosas imágenes.
ResponderEliminarMuy emocionante, Inma.
Un abrazo grande
Esto nos demuestra que siempre existe una primera vez para todo,y nunca es malo ir contracorriente.
ResponderEliminarNo dejemos que las influencias nos dominen,ante todo...libertad hacia nosotros mismos.
Gracias a todos por vuestras palabras y Ana creía que con tanto gerundio no te iba a gustar mucho. Gracias.
ResponderEliminarInma, es un texto precioso. Los hombres lloran, sí. La belleza y la pena hechizando, que es gerundio.
ResponderEliminarAbrazos
Llorar, ese maravilloso pecado para algunos. No sabrán, mientras se autodestruyen por dentro, lo beneficioso que es para el cuerpo, la mente y el alma...
ResponderEliminarFelicidades Inma ¡Fantástico micro! La tiranía de la educación machista condena también al hombre. A él le toca esconder sus lágrimas durante tanto tiempo que ni recuerda a qué saben; pero tanto caudal contenido termina rompiendo el recipiente.
ResponderEliminar..¡Brindemos porque al menos nuestros hijos acepten sus lágrimas como parte de su crecimiento personal!
Inma, cada día tu escritura gana solidez y crece.
ResponderEliminarEstás a una gran altura. Como sigas creciendo te alejarás mucho de nosotros.
Felicidades.
Gracias amiga Dácil, amigo David, amiga Isabel, es mucho más importante llorar y descargarse que contagiar una angustia mantenida.
ResponderEliminarFrancisco tus palabras me alagan, lo que intento es acercarme a vosotros, intentar tener la calidad que veo y leo en vuestras letras. Muchas gracias.
Gracias Voz llevaba días sin entrar en este, nuestro rinconcito de encuentro, y siempre está la sorpresa de tu sentimiento sonoro contagiando las letras. Gracias amigo.
ResponderEliminarHermoso "canto" al llanto, a la liberación del dolor contenido.
ResponderEliminarUn saludo.
Nuria R.G.