25 mayo, 2012

¡Adiós virginidad!


Quiero dar las gracias a todos los que con sus consejos me ayudaron a afrontar mi primera vez. No me resultó fácil, ni a la postre se puede decir que fuera la mejor. Me habían instruido concienzudamente, llevaba la teoría bien aprendida en mi cabeza pero claro, la práctica era otro tema. Y debía ser yo quien lo ejecutara. Recuerdo que previamente y de trago me bebí un par de whiskys para calmar mi nerviosismo. Y a los preparativos, inexpertos, les siguieron irremediablemente el momento culmen. La penetración se complicó en exceso aunque finalmente lo logré. No imaginaba que me provocaría tanta excitación. Atravesar las paredes te permite cotillear en las vidas ajenas sin ser visto.
Texto: David Moreno Sanz

Narración: La Voz Silenciosa

5 comentarios:

  1. Penetrar una pared, entraña el riesgo de dejar herido al que lo intenta; mientras que ella, (la pared), permanece inmutable ,firme e impertérrita como cualquier pared que se precie. Ahora que, si es para cotillear, vale la pena correr el riesgo.
    Buen micro, con sorpresa final.
    Un saludo

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  2. No sé como se puede atravesar una pared, quizás porque es un espíritu y lo que ha perdido es la vida y no la virginidad.
    Para mi está el fondo un poco confuso pero has llevado bien la forma.

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  3. Sí, en el fondo la tarea de escritor es la penetrar paredes para ver vidas ajenas y luego contarlas. Tendré que empezar a beber whisky

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