25 septiembre, 2012

El bumerang


Lo lanzaba al aire libre, y él volvía, siempre volvía. Pero como ella era incapaz de aferrarlo antes de que cayera, terminaba estrellado contra el suelo, lleno de dolor y resignación. Por eso un día se cansó y no regresó. Se fue lejos, tan lejos, que ella pasó tres años buscándolo, sin ninguna señal positiva.
Lo encontró de casualidad en una plaza de un pueblo. Otra niña lo tenía entre sus manos, se le veía espléndido. Descubrió así, que su juguete predilecto ya no le pertenecía y que quizás eso iba a ser lo mejor para ambos. Decidió entonces alejarse definitivamente, llevando consigo una congoja insoportable; no iba a ser fácil conseguir otro igual.

Una década más tarde, se sorprendió al revivir la historia de manera casi idéntica. Esta vez, con el hombre de su vida.

Texto: Martín Gardella
Narración: La Voz Silenciosa

4 comentarios:

  1. Y digo yo: ¿el amor es un juego? Creo que sí. Algo de juego tiene. Por eso, los que somos algo niños patológicos, no nos cansamos nunca de jugar.

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  2. Bumerang, siempre he pensado que lo que está para uno volverá de alguna manera por tu vida como este juego del bumeran que siempre vuelve.

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  3. La repetición es una constante en nuestras vidas, debemos tenerla presente para aprovecharla, para sacarle beneficio, si no, se convierte en una condena.

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  4. No es fácil cambiar. Uno es como es.

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