28 octubre, 2012

Voy a robarte el corazón


Mi corazón está cada día más débil. Sin un trasplante, en unos meses todo habrá terminado. La posibilidad de que el ansiado órgano llegue a tiempo es remota. Una mezcla de miedo y desesperación despierta hoy en mí un impulso violento totalmente ajeno a mi afable naturaleza. Paseo por el parque buscando una presa fácil. Una mujer llama mi atención. Está sola. Me siento a su lado. "Voy a robarte el corazón", susurro con acusado acento amenazante. Ella sonríe de forma nerviosa, se levanta del banco y comienza a caminar muy despacio. Desconcertado ante su actitud, la sigo. "Voy a robarte el corazón", susurro otra vez. Y sonríe de nuevo. Sonríe con la boca, con los ojos, con el cuerpo entero. Contemplo inmóvil cómo se adentra en una callejuela... Tal vez mi final no esté tan próximo. Una desconocida acaba de robarme el corazón, y puedo sentir sus latidos con más fuerza que nunca.

Texto: Nuria Rubio González
Narración: La Voz Silenciosa

5 comentarios:

  1. Latidos de esperanza. Me gustó tu micro, cálido.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Uffff!
    Pensé que él le iba a robar el corazón a ella en la callejuela. Seré malpensada?
    Y resulta que es justo lo contrario: un suceso romántico y esperanzador.
    Enhorabuena!!!

    ResponderEliminar
  3. Como siempre, gracias a La Esfera por la publicación.

    José Francisco (Voz Silenciosa), ¿qué decirte?. Tu extraordinaria narración ha hecho grande un texto "petit". Gracias por la presentación, por la música elegida, por todo...

    Aniagua, Ana J., literalmente mi corazón late agradecido por vuestros comentarios.

    Saludos afectuosos y, de nuevo, GRACIAS a tod@s.

    ResponderEliminar
  4. Si es lo que yo digo, en asuntos cardíacos hay que andarse con cuidado.

    ResponderEliminar
  5. Ya lo creo, Ángeles, en temas de corazón -tanto en lo físico como en lo emocional- hay que andarse con mucho cuidado. :-)

    Estás desesperado porque tienes un corazón enfermo y, cuando menos te lo esperas, una desconocida te lo roba infundiéndole un soplo de vida. Y la desesperación da paso a la esperanza. Lo ideal sería que ese corazón felizmente robado, ese corazón ilusionado sanase, pero eso... En fin, hay que quedarse con el mensaje de que, hasta en las situaciones más críticas, nunca hay que perder la esperanza.

    Gracias por tu comentario. Un saludo afectuoso.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.