15 diciembre, 2012

Reconocimiento


Ayer Dios se sentó a mi lado. No lo reconocí. Hablamos largo y tendido sobre cosas sin importancia. Su voz era sonora y su expresión severa. Luego, me contó cosas increíbles que me dejaron realmente boquiabierto “¿de verdad?” –le pregunté impresionado- Él me miró fijamente a los ojos, como si estuviera enfadado, consiguiendo que me avergonzara y me sintiera realmente estúpido. Y, de repente, rompió a reír sin parar -¡Claro que no, me estaba quedando contigo!-. Entonces, y aunque me sentí aliviado, se me quedó una cara de tonto con la típica sonrisa de estreñido, hasta que se me contagió su risa y nos estuvimos desternillando durante un buen rato. Al poco, apareció en la salita un hombre de mediana edad, serio y trajeado, que, tras dar los buenos días sin mirarnos, se sentó frente a él. Él, tras observarlo de reojo y resollar, dijo entre dientes algo así como: “que mal me caen los que me imitan”. Me sonreí, creo que lo entendí. Ahora, que sé que era él, estoy seguro que no me reconoció.

Texto: Marcos Alonso
Narrcaión: La Voz Silenciosa

8 comentarios:

  1. Me gusta el estilo irónico que tienes Marcos. Ese triángulo equilátero en la sala que has dibujado con las miradas de los personajes ha estado genial. Enhorabuena

    ResponderEliminar
  2. Siempre esa ironía. Esa literatura amigable y que hace que la lectura fluya. Y los que la conocemos de tiempo, esperamos la sorpresa final.

    Genial. Para que rime con "final"

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Miguel Ángel. Ciertamente cuando nos aflojamos la corbata y desacralizamos los elementos tan ordenados que tenemos en la sociedad, es fácil que el aire se vuelva mas ligero y fluya. (Creo que lo que he dicho es una tontería que no me lo creo ni yo, pero como es la una de la madrugada no pienso borrarlo, ja ja ja).

    ResponderEliminar
  4. Vaya, no acierto una. El comentario anterior en realidad era para ti, Franco. Así que te dedico este otro que en realidad es para Miguel Ángel.

    Me parece muy interesante ese espacio del que hablas y del que no me había percatado, dándole esa atmósfera o ambiente tenso marcada por las miradas. Gracias "FranCo" por tu comentario.

    ResponderEliminar
  5. Cuánto echaba de menos tus relatos, siempre tan certeros, y ese estilo aparentemente desenfadado pero que va con cargas de profundidad.
    Fantástico, Marcos.

    ResponderEliminar
  6. Ahora no sé a quién creer, por eso me he hecho una descreída. Sorpresivo, Marcos, como siempre. A ver si te dejas ver más por aquí.

    ResponderEliminar
  7. Magnífico Marcos, otra de tus genialidades.

    ResponderEliminar
  8. Ana, Ángeles, Inma, gracias por sus comentarios. A veces resulta complicado opinar sobre lo que se lee o sobre lo que se escribe, quizá porque nos acechan los tabúes y otros dioses menores.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.