20 marzo, 2009

Ciertamente Olvidé como te llamabas

Que triste olvidar tu nombre, que amargura no recordarlo, que triste buscarlo y no encontrarlo. Tengo tu imagen congelada, guardo tu olor, evoco lo vivido y disfrutado. Rebobino cada conversación, cada paso andado, cada orgasmo y no me viene tu nombre. No me queda otra que evocarte sin nombre, te has convertido en espíritu vivido. Fuiste exploradora de mis lugares inexplorables y como novato asustado permanecía quieto, pero rebelde, pensando que allí no deberías entrar. Ahora que solo eres un recuerdo sin nombre, añoro que alguien se aventure a explorar en esa ruta que tú abriste y que pocas se han vuelto a aventurar a rastrear. No pasaste solo como ave migratoria, permaneciste, me marcaste, no quise utilizarte, bien lo sabe Dios. Y olvidé tu nombre. Y quien me asegura que no me olvidaré también de todo lo demás. ¿Será un castigo divino?

5 comentarios:

  1. Ciertamente, esta Esfera Cultural tiene vida propia: incluso escribe textos...
    Bromas aparte, qué interesante reflexión sobre el placer y la memoria que evoca, sobre los recuerdos que las sensaciones han fijado y la fragilidad de las personas que pasan por nuestras vidas.
    Y una lúcida reflexión sobre el miedo.

    ResponderEliminar
  2. QUE PENA QUE OLVIDES MI OLOR YO JAMAS OLVIDARE EL TUYO Y MUCHO MENOS TU SABOR Y TU BUEN HACER DE LAS COSAS.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo, deberías leer mejor. El texto deja claro que no olvidará tu olor y lo vivido. Siendo tu nombre algo secundario y dándole a tu persona una marca y un sello inolvidable.

    ResponderEliminar
  4. Ciertamente me hace pensar en otro texto "NO RECUERDO TU NOMBRE". Ambos hablan de la esencia de lo no olvidado. Si bien este último texto de la Esfera brilla por la exquisitez de las formas.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.