La luz de los candelabros apenas roza tu cuerpo, silueta apetitosa.
Como un caníbal famélico repto hacia ti.
Y no sé qué elegir, si seguir el orden académico del menú o dejarme guiar por tus sugerencias de chef procaz.
El dulce regusto que no oculta el paté de salmón al licor de mosqueta me invita a persistir en la firmeza de tu pecho, rugoso pezón bajo mi lengua.
Pero tu dedo, picante y aromático de chutney de pimientos verdes, se interpone y se apodera de mi boca hambrienta y me obliga a seguirlo en su rastro oriental hacia el pocillo de jalea al Malbec que me aguarda en tu ombligo.
Postre adelantado, promesa de sabrosas ambrosías, sorbo en las profundidades cálidas, apuro el licor y muerdo el promontorio elástico de tu vientre, que se tensa entre mis labios.
Enredo mis dedos en la maraña de tu pubis, busco el calor húmedo de puerto y abandono tu vientre, los lamo uno a uno, despacio, saboreándolos.
Tu sexo, ostra jugosa al aroma de lima, que se apodera de mi deseo y llena mi boca.
Tú eres el más preciado manjar de este menú exclusivo, de este banquete que no ha hecho más que comenzar.
Texto: Ana Joyanes
Narración: La Voz Silenciosa
Como un caníbal famélico repto hacia ti.
Y no sé qué elegir, si seguir el orden académico del menú o dejarme guiar por tus sugerencias de chef procaz.
El dulce regusto que no oculta el paté de salmón al licor de mosqueta me invita a persistir en la firmeza de tu pecho, rugoso pezón bajo mi lengua.
Pero tu dedo, picante y aromático de chutney de pimientos verdes, se interpone y se apodera de mi boca hambrienta y me obliga a seguirlo en su rastro oriental hacia el pocillo de jalea al Malbec que me aguarda en tu ombligo.
Postre adelantado, promesa de sabrosas ambrosías, sorbo en las profundidades cálidas, apuro el licor y muerdo el promontorio elástico de tu vientre, que se tensa entre mis labios.
Enredo mis dedos en la maraña de tu pubis, busco el calor húmedo de puerto y abandono tu vientre, los lamo uno a uno, despacio, saboreándolos.
Tu sexo, ostra jugosa al aroma de lima, que se apodera de mi deseo y llena mi boca.
Tú eres el más preciado manjar de este menú exclusivo, de este banquete que no ha hecho más que comenzar.
Texto: Ana Joyanes
Narración: La Voz Silenciosa
La mejor literatura se produce cuando se novela lo real o aquello que nos obsesiona. Debiste pasar un buen rato en dicho menú o en la simple creación del texto.
ResponderEliminarNo lo niego: disfruté
ResponderEliminarMuy bueno, cuerpo menu, menu de cuerpo.. me encanto.
ResponderEliminarbesos
EL PLACER DE LA BUENA MESA, EL DE LA BUENA LITERATURA Y DEL EROTISMO SIN FRENO.QUE NADIE VEA LA FOTO DEL LIBRO ROJO COMO EL FUEGO DEL PLACER. POCAS PALABRAS BASTAN.
ResponderEliminarEl menú que deja buen sabor de lectura...
ResponderEliminarAna, un esquisito menú, es una pena no poder comer de todo aquel manjar, soy alérjica,aciertos alimentos de ese menú.
ResponderEliminarpor favor, sigue escribiendo así de bonito y así de bién.
Dónde estaría yo, que no vi vuestros comentarios, Druida de noche, Mirkhov y Dacmar?
ResponderEliminarCuánto agradezco vuestras palabras!!! Son un regalo para mí.
Melita, intentaré seguir en la brecha, cocinando alguna otra delicatessen.
José Francisco, ya te agradecí en su día que eligieras este texto para darle vida con tu Voz pero, al escucharla de nuevo, vuelvo a darme cuenta del privilegio que supone.
Gracias a todos