(...) seguir libremente los impulsos del corazón no siempre procura felicidad a los hombres decentes. En mi opinión, para sentirse libre y al mismo tiempo feliz, debe uno aceptar que la vida es cruel, ruda y despiadada en sus pautas y que hay que pagarle con la misma moneda, es decir, tenemos que ser no menos rudos y despiadados en nuestras ansias de libertad. Eso es lo que pienso.
Relato de un desconocido
Antón P. Chéjov
Antón P. Chéjov
UFFFF... Ke duro...
ResponderEliminar¿De veras te parece eso duro, Agobiá, o es ironía?
ResponderEliminarEs que estoy realizando un estudio de campo al respecto.
Me parece duro. ¿A tí no?
ResponderEliminarNo. Me parece inteligente.
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