03 junio, 2009
El quimérico inquilino
El quimérico inquilino es la primera novela de Roland Topor (1938-1997), un relato sórdido e inquietante que Roman Polansky llevó al cine y protagonizó con bastante acierto. Es la historia de la progresiva autodestrucción psicológica y física de su protagonista al quedar atrapado en la espiral de la locura y sus terrores. Trelkovsky, un joven parisino correcto y discreto, alquila un apartamento que ha quedado libre en la calle Pyrénées. Poco a poco, las relaciones con los vecinos y su obsesión por la trágica desaparición de la antigua inquilina, le van sumergiendo en una pesadilla llena de extrañas visiones, una grotesca trampa que adquiere las precisas dimensiones de un agobiante apartamento. El final inesperado constituye una obra maestra del «tercer acto», un desenlace en el que el autor sugiere la terrible idea de la historia circular, del eterno retorno del tormento. Sobre El quimérico inquilino, el prestigioso escritor y guionista John Collier dijo lo siguiente: «Una historia de terror realmente actual, tan estrechamente enrollada sobre sí misma, tan fría, sigilosa y mortal como una serpiente en la cama».
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