17 junio, 2009

Peligro de extinción para el cine


No es una broma, el cine y en concreto las grandes producciones cinematográficas sufren peligro de extinción, como casi todo en estos tiempos. Se extinguen muchas especies de animales y plantas, se extinguen los polos, el trabajo, las buenas maneras… Pero en el caso del cine, por culpa de algo que ha revolucionado nuestra sociedad, Internet. Aunque la culpa no es completamente de Internet, sino del uso que hacemos de él. Películas clásicas o producciones de gran presupuesto como Ben-Hur, En Busca del Arca Perdida ó Espartaco, es difícil que se vuelvan a realizar. Muchos de ustedes que frecuentan Internet y que leen esto, dirán: “¿Y que me importa, si esas películas son bodrios para puretas?” pero también hablamos de superproducciones actuales, productos de entretenimiento para un target joven, como: Harry Potter, 300, Troya ó Matriz. Todo como resultado que cada vez, menos espectadores van al cine, menos acuden a una sala de proyección. La práctica habitual es bajar el estreno gratis de Internet.


Producciones grabadas en alta definición, para grandes pantallas, la mayoría se conforma con visionarlas en un monitor de ordenador de 15 pulgadas, en formato comprimido, dando saltos de imagen, ó con el fotograma cortado. Una circunstancia que nunca he entendido. Y no digamos cuando bajan esas películas, grabadas con una videocámara en la sala de un cine, como delincuentes, y se escuchan toses o vemos las cabezas de los espectadores. Incomprensible para los que somos amantes del cine y de la creación. Nunca he podido visionar una película de esta forma. Me gusta el acto de acudir a una sala (si es pequeña mejor) y disfrutar de un buen sonido, de la continuidad de una película (sin publicidad, ni cortes), de la imagen de alta definición, de lo romántico del acto, del ambiente…me gusta disfrutar del séptimo arte en plenitud. Vivirlo, no verlo, como presumen los que bajan el cine. Ya la ví, -dicen- como si fuera un logro ver la película antes que nadie y antes de que la estrenen en cartelera.


Me explico. Nadie va a invertir, me refiero a productores de cine y empresarios, las cifras millonarias de estas producciones, cientos de millones de euros, para que sus películas se bajen de Internet gratuitamente. Impunemente. Nadie va a contratar, ni pagar los sueldos de las grandes estrellas del cine. Tenemos que ir pensando, si continuamos con esta práctica, en visionar películas de autor, comedias con bajos costes de producción y conformarnos con actores en prácticas ó por vocación. El cine en mayúsculas está en peligro.


Crítica: Francisco Concepción

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