Hoy salí desnudo a la calle. En pelotas. Estaba harto. No me importó mostrar mis pequeñas vergüenzas. Caminé entre ellos y nadie quedó indiferente. Ahora no pertenecía a nada, no llevaba marcas, me convertí en un cuerpo desnudo. Encontré libertad, dejé de ser un falso disfrazado, para convertirme en un verdadero desnudo. Olvidé de donde venía o que había representado. Caminaba desnudo mientras algunos me gritaban: ¡Guarro! Tampoco me ahuyentó agacharme y que me vieran el agujero del culo. Todos tenemos uno pensé. Los que me conocen se han hecho los locos para no saludarme.
Texto: Francisco Concepción Alvarez
Mostrarse tal y como uno es resulta un acto que siempre ha molestado a los que nos rodean. No pertenecer a ninguna "tribu" y dar muestras de independencia también suele irritar.
ResponderEliminarEs el precio que hemos de pagar por ser libres.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Jajaja, muy bueno el texto...
ResponderEliminarCreo que choca mas ver que una persona se muestra como es, que su propia desnudez
La desnudez es un espejo para quienes la miran, el reflejo de lo que dicen de ella...
ResponderEliminarLA libertad de elección y de expresión, cada uno a su gusto
ResponderEliminarSaludos!!!
¿Qué será lo que incomoda tanto ver de un cuerpo desnudo tal cual es? Siguen sorprendiendome este tipo de cosas.Parece que al mundo le gustan más las máscaras. Enhorabuena por sentirte así de libre.Saludos
ResponderEliminarEl agujero del culo, el más importante que tenemos y no le damos importancia.
ResponderEliminarjaja, supongo que no lo hiciste y que es una metáfora que viene a decir, con otra metáfora, que levantemos el velo de Maya.
ResponderEliminarYo me hubiera puesto una de mis caretas, desnudo, pero con careta... y carna(e)val!!!
ResponderEliminarBuen mensaje.