Beautiful Rafaela, Tamara Lempicka (1927)
Me hubiera gustado ser colibrí
que revolotea grácil
y se posa en tu rama
haciéndola florecer.
O leve pluma bailarina
maestra en brisas de menta
que te hicieran olvidar la Madonna
de aquella Navidad solitaria.
O cuerpo menudo,
contorsionista circense
con la que cualquier postura
es posible sobre la hoja de un libro.
En cambio, soy guerrera azabache
dispuesta a luchar en un campo de batalla
sembrado de agujeros sin eco,
sin humo y con sangre.
Femineidad contundente,
voluptuosas esferas
que se mueven en desorden
exigiendo su espacio
reivindicando su gravedad.
Demasiado peso
para la travesía de este desierto.
Lo sé.
Rafaela parece desbordarse entre su silencio.Un silencio que tejio durante años de contención,de embalsados meses y austera persistencia en la creencia de que algo llegaría para golpear su cuerpo y sacarlo de la somnoliencia,algo que nunca llego ni existio.Y ahora Rafaela se desparrama en su placer,volumétrica y ausente,hartándose de si misma,alejándose de todos y sobre todo de él.Y él nunca descubrirá que Rafaela se desparrama para odiarlo y quererse y no llorar y joderle entre cortadas invocaciones a las pollas que nunca degusto y apetecio en ese silencio que ahora rompe con sus dedos sobre el clítoris.Los cuadros a veces se rebasan a si mismos,este chorrea carne por los quicios del marco.
ResponderEliminarPero es una interpretación mía y seguramente erronea.
Un saludo
No soy Benjamín Black: me gusta tu interpretación. Verdaderamente literaria y de mirada libidinosa.
ResponderEliminarNos gustaría verte a menudo por La Esfera. Saludos.
Anabel: gracias por la ilustración.
ResponderEliminarHe quedado sorprendido con la obra de Tamara Lempicka:
http://ar.geocities.com/tamara_producciones/tamara_cuadros.htm
Hola FranCo,
ResponderEliminarComo habrás podido observar en su biografía, Tamara Lempicka fue una mujer de vida azarosa -cómo me gusta este adjetivo- con grandes altibajos también en su carrera artística. Hubo una época en la que fue repudiada por los entendidos. La mayoría de sus cuadros están plagados de la típica iconografía de la época en que le tocó vivir y, sobre todo, retrata mujeres fuertes y sugerentes, lejos de ser livianas, más cerca de la exuberancia y el exceso, de la fuerza y la pasión.
A mí me encanta, debe ser por eso que no soy entendida.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
PD: El comentario de No Soy Benjamín Black me ha cautivado, son de esas escasas aportaciones que revalorizan el texto que comentan.
Qué fuerza cobra el poema a partir de "soy guerrera azabache"!
ResponderEliminarGran contrapunto a los estereotipos con los que nos han querido encasillar -con los que nos hemos querido encasillar, en muchos casos- que pueblan la primera parte.
...reivindicando su gravedad...
Muy bueno!
Ha sido un placer conocer para luego averiguar algo sobre la obra de esta gran pintora.
ResponderEliminarTu poema pinta de forma precisa al personaje del cuadro: guerrera azabache de femeneidad contundente quee reclama su espacio.
Y si fuera poco, el comentario de No soy Benjamín Black, se convierte en unos de los mejores textos que recuerdo en la Esfera. Su blog no tiene desperdicio.