Una mujer me sacó de la cama… nunca lo hubiera pensado. Una guerrillera que venía a librar una batalla complicada. Una soldado raza, que por encima de generales uniformados, aparecía a presentar batalla con su trabajo, a cuerpo descubierto y con una única arma: su sonrisa y voluntad.
Una soldado sin galones, que trataba de solucionar los errores de los generales y capitanes creídos y con galones inmerecidos. Una luchadora silenciosa, que sin saberlo me ha levantado.
Gracias Inma.
Texto: Francisco Concepción
Supongo que quieres hacer un juego de palabras entre rasa y raza, indicando que un soldado raso puede ser un soldado de raza.
ResponderEliminarEs maravilloso disfrutar de amigos que sepan levantarnos en los momentos difíciles de la vida.
Enhorabuena, no dejes perder amistades así.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Quizás tenga Anabel razón. Pero prefiero así como está. Soldado de raza.
ResponderEliminar¿Sabe tu soldado que le dedicas ésto?
ResponderEliminarNo creo que haya mejor forma ni más sincera de decir gracias.
Aún tengo un nudo en la garganta
Importante que alguien tome los galones cuando nosotros no podemos seguir con la lucha.
ResponderEliminarSaludos, también a la soldado!