07 noviembre, 2009

El que peor huele


A veces digo: como a las seis ya estoy despierto, me voy a pescar. Y a veces digo: para ir a pescar uno tiene que levantarse pronto. Pero lo cierto es que elegí este pasatiempo porque era el único que precisaba mi puntualidad y mi compromiso y mi paciencia y mi regularidad. El insomnio reúne esas particularidades también. El mil veces maldito insomnio. Y eso, que se tiene uno que levantar pronto y quedarse parado con la caña echada al río, eso y nada más, es lo único que sé de la pesca. No llevo anzuelo, no sé cómo se lanza el hilo, no sé a qué estoy esperando ni cuándo debería retirarme. Que uno debe madrugar es todo lo que sé, todo lo que necesito saber. Cuando se hace de día, me paso por el mercado a primera hora y compro un pescado, el más grande, el que mejor color tiene, el que peor huele. Y, antes de que todos se despierten, lo pongo sobre la mesa. Se queda ahí reposando, repartiendo justamente su apestoso olor por toda la cocina. Lo más hermoso del asunto es que, aunque todos en casa saben de mi estupidez, nadie me dice nunca nada.

Narración: La Voz Silenciosa


6 comentarios:

  1. Pues este texto huele muy bien. Enhorabuena.

    Saludos,

    Marcos Alonso

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  2. Muchas gracias, Marcos Alonso.
    Además creo que la foto está muy bien elegida, que yo no había encontrado ninguna que me gustara.
    Un saludo.

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  3. Estupenda forma de darle un giro al ritual de la pesca... y de las relaciones familiares

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  4. Dácil Martín7/11/09, 23:57

    Un texto tan hermoso como la reacción de la familia por el pescador insomne.

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  5. Me encanta: me ha arrancado un sonrisa.

    Muy buen minirrelato: sorprendente, original y con final estupendo; enhorabuena.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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  6. Ana J.: al final la pesca y las relaciones familiares no parece que estén tan alejadas, ¿no?
    Manolo García siempre lleva consigo una frase de Pepito Grillo: hoy pondremos unos anzuelos, a ver si pica la felicidad.

    Dácil Martín: y sin que apenas salga esa familia, qué gusto da su presencia en el texto, ¿no crees?
    Aceptar así, de esa forma.

    Anabel: muchas gracias. Lo escribí casi sin darme cuenta, sin idea previa. Y también sonreí creando este personaje gris.

    Gracias a todos.

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