25 noviembre, 2009

No me invites a una copa

borracha, alcohol, suicidio, bragas Quiero quitarme la vida. Hace semanas que bebo hasta morir. La ginebra me gobierna, el whisky me tutea, y de los tugurios más infectados me tiran a patadas como escoria apestosa. Regalé mi dignidad, porque Jesucrito predicó que nos desprendiéramos de nuestra poseciones para alcanzar el cielo. ¡Que mal me siento! ¡Qué bien me siento!

Tras dormir tirada como una rata en las oscuridades de esta ciudad selva, mi cuerpo –no mi ser- renace. Amanece y comienza otra vez mi suicidio. ¿Quién te autoriza puto cuerpo a renacer? Mi desayuno es una botella de vodka que calienta mi espíritu, quema mi vacío e incendia mi guerra contra el mundo. Quiero morir y mejor bebiendo. Mi aliento rechina, cago sangre, mientras mi mente viaja a sitios negros y sin salida, pero sin saber como, regresa. Me resulta imposible gastarme esos ahorros de conciencia que me quedan. Los quiero gastar en mi muerte, arrastrándome y vomitando esta miserable vida macerada en alcohol. Beber, beber hasta morir. Pensé que éramos débiles, pero este cuerpo soporta mucho. Es duro... fuerte.

¡No me invites a una copa! Invítame a una botella. Morir bebiendo no es tan fácil como piensas.

Texto: Francisco Concepción (@franCoescribe)


6 comentarios:

  1. "Livinga Las Vegas" en estado puro. No he leído el libro, pero podría formar parte de él, calcas a la perfección el estado del protagonista, al menos, por lo que recuerdo de la película.

    Y sí, morir bebiendo no es nada fácil, hay otros medios más rápidos sin duda alguna.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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  2. Los boxeadores y los alcoholicos siempre me han parecido personas heridas permanentemente, personas cuya alma está en carne viva. Buen texto, pero hace sufrir.

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  3. Texto fluido -como el alcohol- a pesar de su estructura sincopada.
    Me gusta.
    Y, no, no es tan fácil morir bebiendo. No es fácil morir a voluntad. Incluso los suicidios más probables a veces fallan.
    No muere quien quiere, sino quien puede.

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  4. 'Si esto es escribir, que baje el alcohol y se riegue por la calle. Por favor, date un respiro...'.
    Así comenzaba el artículo de SinTino, que tenía la lengua pegada al cristal de la cervecería, creyendo que la botella aparcada sobre la barra estaba en su mano.
    Oye, animarte a seguir monstrando todas las vías de la creatividad.

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  5. Me da escalofríos tu relato, recuerdo a un tuitero que constantemente hacía referencia a su afición al alcohol por penas de amor, yo juraba que bromeaba, hace poco falleció.QEPD

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  6. Sandrajtem , el desamor mata más que el alcohol.

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