06 diciembre, 2009

El silencio de las cosas


   Cuando el poeta escribe sobre un objeto, lo hace mediante el juego de la sugerencia. Mediante su decir, el poeta "trae a presencia" su verdadero objeto de reflexión sin nombrarlo y así, con el suave balanceo de las palabras elegidas nos envuelve en un universo infinito, donde quedamos atrapados por el misterio de lo que no ha sido dicho.
   El poeta, al hacer poesía, nos habla de un objeto concreto mediante un tratamiento universal del mismo. El poeta habla del río, exaltando las cualidades universales más definitorias de “aquello” que hace a un río ser río; al hablar del amor sucede lo mismo, el poeta habla del amor sin nombrar directamente a la amada, sino exaltando las cualidades más incisivas del amor como experiencia universal. Se hable de lo que se hable, el poeta siempre nos muestra la esencia de las cosas sin nombrarlas directamente y esa es precisamente su grandeza.
   En ese “no decir”, gracias a las posibilidades de la sugerencia, el poeta abre un horizonte significativo donde las cosas se presentan en total libertad. Al ser llamadas sin imposición, sin ser forzadas a decirse de una determinada manera, las cosas se muestran tal cual son de manera natural. De este modo la palabra poética crea un espacio libre, en donde la cosa puede llegar a mostrarse plenamente desnuda.
   En la poesía las cosas son dichas sin ser nombradas y en ese decir que se pronuncia a través de una expresión abierta, se hace uso de una pluralidad significativa que nos trae la cosa poetizada de una manera plena.
   Con esta manera de decir, el poeta alcanza la mirada de la inocencia, la mirada del niño que accede a las cosas por primera vez, y este hecho se da gracias a la posibilidad de la sugerencia, la cual nos trae las cosas sin nombrarlas, permitiendo así que éstas puedan mostrarse libre y naturalmente, en un ofrecimiento que no las encierra en ningún tipo de corsé creado a posteriori por el hombre. De ahí que los poetas siempre anden buscando las cosas por detrás de los nombres y a través del silencio.

¿Habrá alguna palabra más plena que el silencio de las cosas?


11 comentarios:

  1. muchas verdades.

    ResponderEliminar
  2. Aquí estoy... interesante blog, me quedo.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante la reflexion sobre el poeta y la poetiza. Decir sin decir, sugerir sombras para hacer ver la luz. La luz en la contracara de la luz. La poesia funcionando en los opuestos inesperados, como por ejemplo en el silencio de las cosas....

    un abrazo
    Druida de noche.

    ResponderEliminar
  4. Interesantísima reflexión y muy bien escrita.
    Enhorabuena y bienvenido a La Esfera

    ResponderEliminar
  5. Tu reflexión me ayuda a entender la poesía. Un género que me produce en algún momento mala digestión. Gracias

    ResponderEliminar
  6. Druida de noche, me alegro de que te gustase la reflexión, veo por tus palabras que ya sabes de que va el tema.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Ana J., gracias por tus palabras. Me alegro de estar por aquí.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. FranCo, me entusiasma que mi texto ofrezca alguna luz sobre el abismático mundo de la poesía.
    Gracias a ti por tu lectura.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Rubén, acabas de hacer una de las cosas más difíciles del mundo: definir poesía o intentar explicarla. Sólo por ello tienes mi admiración y mi enhorabuena.

    Tu texto expone, en todo caso, qué entiendes tú por poesía. Y esta es otra de las grandezas de la misma: cada uno puede tener su propia versión. En tu texto dices cosas muy interesantes y con las que comulgo absolutamente.

    Sin embargo, la poesía, a mi modo de ver, no es inocente, nunca lo es. Sí que la poesía busca esa manera de mostrarnos las cosas de otra manera, de hacernos llegar a ellas como si no las hubiéramos visto antes, pero su perspectiva nunca es inocente o pocas veces quiere serlo. La perspectiva siempre es la del poeta, "contaminada" de sus propios sentimientos y experiencias, absolutamente parcial, cargada, como una pistola, del significado que el poeta quiere mostrarnos a través de significantes que pueden ser sorprendentes, imposibles, pero siempre certeros como bisturíes. La poesía nos adentra en un mundo nuevo, sin estrenar, para aquel lector que se zambulle en el poema por primera vez y en donde lo conocido se convierte en un conjunto de símbolos que cambian de sentido de un verso para otro, en donde, a pesar de no conocer el idioma particular del poeta, ese mundo nos atrae, nos atrapa, nos fascina, nos comunica y nos estremece, en el mejor de los casos, o nos sorprende o nos maravilla por su belleza.

    Pero esto también es una opinión personal.

    Porque ¿quién sabe qué es poesía?


    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

    ResponderEliminar
  10. Anabel, con esta breve entrada tan sólo he querido acercarme a uno de los aspectos decisivos de la poesía, no he querido abarcar la totalidad de su significado último. También he de decir que este texto está basado en múltiples referencias intertextuales y en la lectura directa de muchos poetas. No es una mera opinión personal, pero no me entiendas mal, que sé lo que quieres decir. De la poesía se pueden hacer múltiples interpretaciones, pero la poesía tiene su significado propio, aún envuelto en sugerencias.
    Por otro lado, estoy de acuerdo en que la poesía no es inocente, está claro que siempre tiene detrás la intención original del autor.
    El resto de lo que dices está en la línea de mi modo de entender la poesía.

    Muchas gracias por tu interesante comentario.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. "El futuro es de los poetas porque siembran la belleza a su paso. El presente ya les pertenece por sus ojos de niño en un hábitatde farsa" ... creo que es de Oscar Wilde... y me sumo. Ahora, "ojos de niño en un hábitat de farsa"... ¿inocencia?, para mí no, para mí es inteligencia.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.