11 diciembre, 2009

Junto al muro


Me impidieron entrar en mi casa.
Deprisa, deprisa, si hay alguien dentro, que te baje algo de ropa, que te va a hacer falta. ¿No tienes móvil? Pues llama.
Éstos, papeles no tienen, pero no les falta ni móvil ni nada. ¡Mira qué cadena! Es de plata maciza… No trapichearás, ¿verdad tú?
Parecían estar disfrutando, se ve que la semana había estado floja.
Mira que te lo habíamos advertido, que te volvieras a tu país o que desaparecieras de nuestra vista, pero no, como por aquí campáis por vuestros respetos, pensáis que nunca os va a pasar nada.
Y, en el fondo, llevaba razón. Pasas algún tiempo sin problemas, viviendo como uno más de este país donde esperaba encontrarme en el paraíso, y terminas por bajar la guardia.
Yo no he estado nunca en la cárcel. Pero este lugar es peor que una cárcel.
Cumplo una condena indefinida por ser de otro lugar, por no tener los papeles que me igualen a los demás. Me tienen prisionero sin haber cometido un delito, apelotonado con otros tantos como yo, sin esperanza de recuperar la libertad. Porque regresar al lugar de donde salí es peor que esta cárcel. Volver a la miseria, volver con las manos vacías, el más fracasado de los fracasados. Tanto esfuerzo, para nada.
Me acercaré otro rato al muro. Desde allí puedo atisbar la calle, la gente que pasa.
A veces, alguien se para y me habla, alguno me da ánimos, también los hay que hacen un arco para evitar pasar cerca y encontrarse con nuestras miradas.
No hay nada más. Ese rincón junto al muro es el único resquicio de libertad que me queda.


Texto: Ana Joyanes


Ayer, 10 de diciembre, fue el Día Mundial de los Derechos Humanos y Obama aceptó el Premio Nobel de la Paz con un discurso que justifica la guerra.

6 comentarios:

  1. Resulta, a veces, difícil denunciar los tratos inhumanos, injustos, cuando la realidad es tan cercana, cuando nos acostumbramos a ella... Pero luego nos emocionamos en los cantos rituales de libertad, igualdad, fraternidad y el no a la guerra. Cualquier día regalarán premios nobeles bajo la tapa de los refrescos.

    Buen texto de denuncia Ana.

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  2. Totalmente de acuerdo, Marcos. Gracias.

    Muchas felicidades también para tí, Ana!!!!

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  3. Desde luego es una gran forma de decir "esto es lo que hay". Creo que,como dice Marcos,nos vendemos a nosotros mismos ese culto a la pegatinita revindicativa de turno, sólo por intentar esconder nuestra conciencia en el anonimato de lo "moralmente correcto". Que facíl sería y que difícil es decir "Hola Mussa". El problema es que no nos creemos los valores que con tanta vehemencia defendemos.

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  4. "Cualquier día regalarán premios nobeles bajo la tapa de los refrescos."

    Me parece una reflexión genial y certera, Marcos Alonso. Si Alfred Nobel levantara la cabeza,
    no sé qué pensaría del premio de este año

    La realidad no se lleva bien con lo políticamente correcto, y parece que los que tenemos la pancha llena nos sentimos mejor predicando sin dar ejemplo, poniéndonos pegatinas -como bien dice Mako- los días que toca y pensando que la culpa, siempre, es de los demás. Eso nos hace irnos a la cama y dormir con nuestras conciencillas tranquilas.

    Desgraciadamente nada se soluciona únicamente con buena voluntad. Por eso, después de las Navidades, todo sigue igual.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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  5. El discurso de Obama donde la palabra Paz y la palabra Guerra son utilizadas tan a la ligera no me sorprendió. No me sorprende que el representante de un país utilice el discurso que da respuesta a un reciente "premio por la paz"; para invitar a la guerra. Los gestos heroicos de los débiles, el de las víctimas de la querra, el de los inocentes..., sí me conmueven. Gracias Ana, por invitarnos a reflexionar.

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  6. Buen relato de la realidad, a la vez que indignante (que ésta sea así, no el relato en sí,jejje)
    Sobre la política no pienso dar ni palabra.

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