Rueda y llegarás lejos, escuché hasta la extenuación. Muy lejos. La vida es infinita y disfrutarás de matices sin final. Y como Esfera sin lados rodé, giré, me volteé una y mil veces, arrollando, superando y girando sobre todo aquello que en mi camino ocurría. Siempre girando por inercia trabajada, hasta que llegué al vacío. Donde no poder rodar más, sin nada que arrollar, solo saltar o permanecer. Momento de elegir entre tirarse a lo desconocido o volverse una simple Esfera estática del montón. Otra historia de una Esfera que no interesaba que rodara. Había que poner fin al camino. Todo controladito está mejor. Los caminos hay que señalizarlos, pues las virtudes de las Esferas puden no ser controlables.
¿Saltar o reventar, callar o enemistarse, casarse o no, ...? Son un larga lista de decisiones sobre el sí o el no ¿Por qué acotar los caminos de la vida? ¿Es que no resulta interesante ser testigo de nuestro destino, y descubrir que planear el futuro no lleva a nada?
ResponderEliminar¿Pero no has oído que la Tierra no es plana?
ResponderEliminarEse vacío es un espejismo: en una tierra esférica una esfera no puede dejar de rodar.
Y si a alguien no le interesa y pone una vaya, a rodar para otro lado...
Qué delicia estos textos esféricos que nos hace rodar tanto. Estática o no siempre nos muestra nuevos caminos, aunque no haya espacio ni tiempo. Son las virtudes esféricas las que nos hace caminar.
ResponderEliminarPD: Ésta, en concreto, debe rodar por Japón o Corea,digo, por ese aspecto un tanto oriental.
Hay tanto encerrado en estas líneas como lo que existe dentro de una esfera.
ResponderEliminarSaltar al vacío, da tanto miedo... Ser redonda, esféricamente perfecta, sería una gran excusa para lanzarse.
Quién fuera esfera.
Saludos,
Anabel, la Cuentista