- Papi, cuando sea mayor viviré en una casa con piscina.
- Hija, yo también soñaba con ello.
- Papi, seré alguien importante. No trabajare de sol a sol en algo monótono como tu.
- Hija, yo todavía sueño con ello.
- Y tendré una pareja con la que seré feliz y reiremos juntos.
Confórmate con follar de vez en cuando –pensó el padre-
- Papi, también quiero dar la vuelta al mundo, igual que en ese libro que me regalaste.
- Igual que yo, por eso te regale el libro.
- Pero papi, yo no quiero ser igual de infeliz e inculta que la gente de la tele.
- Mira cariño… lo único cierto y seguro en esta vida, es… ¡que te vas a morir! Igual que yo.
Texto: Francisco Concepción Alvarez
Por Dios, qué drástico, pobrecita niña, seguro que la traumatizaste.
ResponderEliminarLa verdad es lo que tiene.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Esa niña no vuelve a preguntarte nada en su vida.
ResponderEliminarCierto que hay preguntas imposibles de responder pero...
En cualquier caso, una orientación original para un texto real como la vida misma.
Jajajajj... y cuanto antes lo vaya asimilando, mejor le irá el recorrido.
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