28 enero, 2010

Mi cajón desastre


Soñando con mis recuerdos estaba, subiendo las escalinatas del pasado, organizando ideas de mi vida en el cajón desastre del pensamiento. ¡Cuántos pasan a tu lado y los olvidas!, ¡cuántos! dejando huellas inolvidables.
Revivir lo vivido, igual que volver a tocar y besar, que escuchar palabras gravadas, que sentir olores y escalofríos.
Los ojos del que te mira triste, cansado, abatido, agotado, perturbado... no sabía que decirte pero lo interpretaste, dueño de tu interior y deseoso de una palabra nunca dicha.
Aquellos ojos eran los tuyos, y los veo día a día con la misma intensidad de súplica que antes.
Perdona por no haberte redimido, por haberte servido solo a ratos, por no darme cuenta que esa mano que pedías era la mía.
Perdona por alentarte sin aliento, por obligarte sin ganas, por creerme que creías.
Mañana olvidaré este recuerdo hasta que otra vida pase cerca y vuelva a remover los desastres del cajón.

3 comentarios:

  1. Estupenda reconstrucción del caos que rige los recuerdos, las múltiples capas, pistas por las que se mueven, sin orden o con un orden cuyas reglas a veces se nos escapan.
    Solo la conciencia de lo que puede removerlos puede darles una cierta consistencia.

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  2. muy bueno, me gusta , sobre todo el final... saludos.

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  3. Siempre que una vida se acerca a la de uno, algo se mueve. No sé si siempre es un desastre o si tengo un cajón desastre... Lo que sí es un desastre es cuando se van, cuando sientes que se alejan.

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