20 febrero, 2010

Algo extraño

Le ocurría algo muy extraño. Desde niño. No lo podía evitar. Algunas veces era una bendición y otras una maldición. Con el tiempo se acostumbró. Se acostumbraron sus padres, sus hermanas, los compañeros del colegio. Cuando lo alegó como defecto para no acudir al servicio militar provocó un debate ante el tribunal médico que solventó no con cierto alboroto entre los médicos encargados de la evaluación. Los que le conocían bien procuraban actuar en consecuencia, pero, ay, quién no tenía el gusto (o el disgusto) de conocerlo… Tuvo varias novias. Sólo una soportó más de un año, pero siempre supo que no se casaría… Y esto sucedía aunque no conociera de nada a la persona, ni sus circunstancias. Ni siquiera era necesario que atendiera a la conversación...Cada vez que alguien mentía en su presencia, provocaba que el color de su piel se tornara azul. Infalible.
Siempre.

8 comentarios:

  1. Muy bueno, un texto corto, preciso, contundente, que nos invita, divertidos, a extenderlo, a través de nuestra imaginación, a aquellas situaciones cercanas. Uff yo me alejaría rápidamente de ese personaje, sin duda.

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  2. Me gustó mucho, eres muy elegante escribiendo, y permites siempre que vayamos mucho más lejos con nuestra imaginación...
    Felicidades
    Inma

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  3. Genial.

    Aunque es una lástima utilizar el azul como detector de mentiras.

    Muy buen relato breve.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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  4. Dácil Martín20/2/10, 11:32

    Qué bueno el relato, y la mentira en azul.

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  5. Supongo que el NO mentiroso sería de sangre azul. Éstos no miente, pero se engordan comiéndose todas nuestras realidades.

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  6. Muy buen relato sobre este Na'vi detector de mentiras.
    Me ha encantado.

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  7. Muchas gracias a todos por vuestras palabras.
    Acabo de regresar de un hermosísimo viaje por Sevilla y ando un poco apurado.
    Así que os contesto en único comentario.
    Marcos: En efecto, yo haría lo mismo, por si acaso.

    Inma Vinuesa: Ojalá que siempre fuera cierto lo de la elegancia. Cuanto más corto es un texto me da la impresión (es algo a debatir, claro) que el lector tiene que ser cómplice del escritor, y para ello nada mejor que la imaginación.

    Anabel: Se me ocurrió el azul quizá por alguna asociación de ideas casi surreal. No me servían colores que pudieran tener que ver con matices intensos de la piel. Podría haber puesto, no sé, el verde, el gris... Pero me quedé con el azul.

    Dácil Martín: No sé si azul, pero la mentira debebería de poder identificar sin ninguna opción a la duda.

    El Jugador: El no mentiroso no creo que tenga la sangre azul. En todo caso, no creo que los de sangre azul sean no mentirosos. Si no mintieran no estarían donde están.

    Ana J: Muchísimas gracias.
    Claro que ser detector de mentiras tiene que ser horrible. Sobre todo porque la mentira es parte de nuestra vida.

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  8. Pensé que se había captado la ironía... aunque ¿quizás no mientan los reales de sangre azulada? ¿quizás son verdaderos genios de contar su verdad? ... no sé... todo son preguntas, lo cual, por otra parte, está de puta madre: dicen que escribir es plantearse preguntas... eso he oído...

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