14 febrero, 2010

Y aunque mis poros beban de tus poros

Para Marián, obviamente
Diluirme en el latido de esta tarde,
ser invisible entre sus pliegues de oro,
montar sobre su espalda de rubíes,
sobrevolar praderas, llanos, ríos,
hasta alcanzar el lago de tus ojos,
y allí olvidar toda memoria inútil.


Y claudicar feliz de esta batalla
donde una espada interminable vuela
ungido el filo con ponzoña y rabia:
colmillo sobre arterias inocentes…
Y fundirme en la luz de las estrellas,
y atravesar el vuelo de tus sueños,
y vencer a tus monstruos y fantasmas
hambrientos de tu piel estremecida.


Desleírme en el aire que respiras
y huir hacia el sendero de tu sangre
para ser tú y no ser el yo que sufre
pues no desaparezco en tus entrañas
pues no soy llama dentro de tu fuego…
Y aunque mis poros beban de tus poros,
es infinita sima infranqueable,
esta distancia hasta tu esencia, amada.

11 comentarios:

  1. La Esfera. El último comentario no es mío. Me está pasando en todos los blogs que aparecen en el lateral del mío. DE NUEVO ALGUIEN USA MI NICK ILEGALMENTE.

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  2. Bello manifiesto de amor.
    El deseo de ser uno con quien amamos, deseo inalcanzable.

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  3. Un primer comentario que existía y al que se refiere urbano y humano en su comentario, ha sido suprimido por mí, ya que se trata de alguien que usurpa su personalidad.

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  4. Isabel Martínez:
    Muchas gracias por tus palabras.

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  5. Urbanoyhumano
    Ya he suprimido ese comentario.
    En todo caso quien lo haya visto y quien te conoce que por aquí somos muchos, sabe que esas palabras tú nunca las dirías.

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  6. Ana J:
    Es un deseo inalcanzable, y quizá por ser así nos empeñemos constantemente en alcanzarlo. Típica contradición humana que en el caso de los enamorados se acentúa.

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  7. Hermosos y profundos versos, que nos transportan y nos envuelve en un silencio, mientras lo leemos una y otra vez.

    Enhorabuena

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  8. Muchas gracias, Marcos.
    (Por cierto, me sigue pasando que comentar en tu blog es toda una aventura).

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  9. Marián en una mujer afortunada.

    Un abrazo.

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  10. En verdad la suerte es la mía, Flamenco. Vivir con alguien que además de trabajar pasa tanto tiempo dedicado a esta tarea, tiene su mérito.

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