Sí, es una depravación que te lama tu falo.
Sí, es un horror que mis principios quebrante.
Sí, es una guarrería que te chupe el meato.
Sí, es una incongruencia que por amor lo haga.
Sí, es una insalubridad que me trague tu esperma.
Sí, es una aberración que a tu sexo me incline.
Sí, es una debilidad que libre me someta.
Sí, es un sacrificio de saliva y de alma.
Sí, es una contradicción sofocarme de amor.
Sí, es un desatino que a tu vientre me pliegue.
Sí, es una inmoralidad que me coma tu sable.
Sí, es un disparate que mi boca sea coño.
Sí, es un gran pecado que incluso Dios condena
…por los siglos de los siglos.
Me gusta ser eterna para tu tiempo y tu celo.
Me gusta ser estrecha en mi nicho de senos.
Me gusta irrumpir con un dedo en tu ano.
Me gusta preceder tus ganas más perversas.
Me gusta babearte mientras tus bolos sobo.
Me gusta succionar inmóvil “à pleine bouche”.
Me gusta ser tu droga del mundo más inmundo.
Me gusta que mi culo sea cacho de tu cielo.
Me gusta que a mi cuerpo le dictes tu capricho.
Me gusta que mi lengua se cubra de pimienta.
Me gusta que en mi boca te cune mi adentro.
Me gusta que me plantes tu cuchillo en mi velo.
Me gusta provocar la explosión de tu zumo
… por los siglos de los siglos.
Me siento realzada cuando a tu sexo bajo.
Me veo deseada cuando tu daga enardezco.
Me juzgo disoluta por mi ritmo lascivo.
Me place que dirijas mi nuca con tus manos.
Me hago mariposa con tu músculo en fiebre.
Me encanta la impudicia de besarlo sin fin.
Me llena corromperme para atizar tu vicio.
Me priva encanallarme con tu flor en mi glotis.
Me chifla rebañar lo negro de tu pozo.
Me excita regularme por regla de tu éxtasis.
Me enloquece fumar con tu filtro de amor
…por los siglos de los siglos.
Tu mazo rezumando… ya tocas campanilla.
Mis labios le menean… ya vives en la gloria.
Envuelto por mi frote… ya visionas edenes.
Trenzado de caricias… ya sueñas imposibles.
Palpitando animal… ya vuelas al nirvana.
Por el cielo de boca… ya corres al misterio.
A mi cara penetras… ya cautivas la imagen.
En espera del éxtasis…ya lo pospones siempre.
Tu cola es lo primero… ya tiembla el universo.
Las lágrimas de gozo… ya llegan gota a gota.
Tu rocío de néctar… ya riega mi garganta.
Comulgamos unidos… a dos y para siempre
… por los siglos de los siglos.
Texto: Fernando Arrabal
Por fin algo que removiera las aguas de la Esfera. Ultimamente están un poco sosos y nada provocadores.
ResponderEliminarLa Cultura tiene que provocar, evocar y no dejarte indiferente.
Donde están Ramallo y Franco? Y la palabra encierne también está en retirada?
Qué bueno!
ResponderEliminarUna legión de becarias vamos a contratar, jajajaj
Saludos!!
Me fascina leer textos que te sacuden, te cachetean... y también, por qué no? te calientan un poquito. La palabra viva entre tanta letra anestesiada.
ResponderEliminarAmigao/a Kinina, calificarte de provocador casi siempre ha sido algo cercano al insulto, aunque en arte y literatura puede considerarse un halago, pero pienso que cada cual tiene su estilo y un tipo de lector diferente.
ResponderEliminarYo me conformo contener un solo lector, aunque me lea por criticarme y darme palos. Me gusta el dolor.
Sigue en La Esfera y disfruta con las creaciones y el menú que aquí servimos, es un menú muy variado, incluso tenemos comida hasta para los macrobioticos.
Me acuerdo de un poema de Oliverio Girondo cuando dice: ... Se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan, se desnudan,se respiran, se acuestan, se olfatean...", y también las palabras disparatadas sobre sexo, en la inconfundible Rayuela de Cortazar. Más que alterarme, el texto me provoca añoranza de leer.
ResponderEliminarDiscúlpame, olvidé decir que me ha gustado el texto, y a al espera estamos de tus próximos textos
ResponderEliminarPrometo que yo no he sido ;)
ResponderEliminarBeatriz.
Pues a mi me ha provocado bostezos. Y la sensación de estar leyendo novela erótica barata, tan laaaaaaargo y lleno de tópicos eufemísticos: cuando tu daga enardezco, que me coma tu sable, con tu flor en mi glotis...
ResponderEliminarCiertamente, es difícil encontrar tantos sinónimos en un poema tan largo para hablar de pollas y mamadas pero, qué queréis que os diga, no me parece provocador en absoluto. Bueno, tal vez ese paralelismo con las oraciones (por los siglos de los siglos). Poca cosa más.
Será que desde que no hay que ir a Perpignan para ver porno no considero provocador hablar/escribir/ver sexo explícito. Creí que estábamos ya de vuelta. Aunque veo que no.
Sinceramente, no he leído el poema que cita Dácil pero, a priori, me parece mucho más excitante.
Claro, que cada uno se excita con lo que quiere y puede.