Los periódicos no quieren complicaciones, sólo esquelas, subvenciones y políticos putas. La censura se viste de manual de estilo y recorte presupuestario.
Los periódicos no quieren externos, sólo babosos de comillas en manos, internos de calzoncillos y bragas marrón claro. Seiscientos euros el kilo.
Escribir es de cobardes, con mucho dinero en el bolsillo y una pistola sobra la escritura, pero no tengo ninguna de las dos cosas, dueño de periódico, así que de momento puedes estar tranquilo, escribo para vengarme de los hijos de puta que no puedo matar.
En mi hoguera caben mudos, sordos y ciegos. Todos los ricos tullidos, todos los cultos borregos, hay madera de sobra: periodistas y editores, escritores, directores empresarios, puros, corbatas y faldas cortas, medias de rejillas, tacones y gominas.
Tu foto y la mía; un gran espejo.
Nadie me va a parar excepto yo. Yo decidiré cuándo y por qué.
Así que ya puedes pasar página y cerrar los ojos, ya puedes acariciar las monedas, Tío Gilito, pero no olvides limpiar tu culo con las mismas hojas que hoy vendes, quizás mañana sólo te quede la mierda pegada dentro.
Escribir es de cobardes, pero parecerme a ti da tanto asco que prefiero quedarme en este lado, con una lata de gasolina y un mechero. Yo decidiré cuándo y por qué lo dejo, no tú, poderoso mediocre.
The Underground is dead, welcome to Otherside.
"La censura se viste manual de estilo y recorte presupuestario", ¿Te refieres sólo a la de los periódicos o trajea también a algún blog?
ResponderEliminarEs jodido que te censuren. Sobre todo, porque en nuestro fuero interno creemos tener razón. Es nuestra razón, claro.
ResponderEliminarYo misma he sido censurada en un blog (uno de mis comentarios a un artículo fue suprimido después de publicado por no ir en la tónica del autor del mismo y de la mayoría de los que vertían comentarios) y, después de un rebote inicial, llegué a la conclusión de que cada uno en su casa hace lo que quiere y pone las normas que quiere.
Es lo que tiene jugar en campo ajeno, que te tienes que adaptar a las reglas.
Y la grandeza del tiempo en que vivimos: podemos crear nuestros propios espacios y elegir en qué manual de estilo encajamos mejor.
Un texto que no te deja indiferente. Efectivamente, escribir es cosa de cobardes ¿y qué más dá?
ResponderEliminar¿Escribir es cosa de cobardes? Estar en las trincheras requiere mucho más arrojo, seguramente, pero no estoy de acuerdo en que escribir sea cosa de cobardes: a más de uno han colgado o ha dado con sus huesos en la cárcel por escribir ciertas cosas no acordes con el señor de turno.
ResponderEliminarEn el momento que uno firma lo que escribe, se está dejando claro y publicamente lo que uno piensa. Desde ese instante, puede ser criticado, censurado, vilipendiado o todo lo contrario. Esa es la grandeza -prefiero pensar que la mayoría de las veces es grandeza- de nuestra época actual.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Comentan aquí y allá...
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ResponderEliminar... o no, porque en todos lados no se puede y algunos censuran... quizás para inspirarse y escribir de la censura... quizás (adverbio dubitante por el mundo).
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