Si alguna manifestación cultural en las últimas décadas ha destacado en España a nivel internacional, ha sido la gastronomía. Aunque todavía pueden existir voces que no consideran la gastronomía como cultura. La mala noticia es que una lista anual que publica la revista británica Restaurant, clasificó este año en primer lugar como mejor restaurante del mundo al Noma, de Copenhaguen, Dinamarca, que capitanea el chef René Redzepi, un alumno de la cocina vanguardista impuesta por Ferran Adrià, dueño de El Bulli que retrocede al número dos. Esperemos que esto no sea el primer síntoma del ocaso de una manifestación cultural que nos ha dejado tan buen “sabor de boca”.
Bueno, si es alumno de Ferrán Adriá ya me quedo más tranquilo. Es casi como colonizar Dinamarca.¡Dinamarca española! La expansión cultural tiene estas cosas cantaores de flamenco y toreros japoneses, ahora paella de Copenhague.
ResponderEliminarNo he estado en ese restaurante de Copenhague (ni en "El Bulli"), pero me da la sensación que de paella, poco.
ResponderEliminarSin embargo, hay un restaurante tipical spanish regentado por españoles en el centro de la capital danesa donde las paellas son fantásticas. Sólo le faltaría ya el sol y una siestecita después.
La verdad es que me siento muy contenta siempre que salen las listas de los mejores chefs del mundo o restaurantes y salen siempre españoles en los primeros puestos. Eso sí: vascos y catalanes se llevan la palma. Hay que reconocerles a todos que se lo han currado mucho, que han dedicado ganas y dinero a sus proyectos, que han conseguido el reconocimiento porque dan calidad y un producto excelente. Vamos que se lo merecen, aunque haya veces que te tengan que explicar qué te estás metiendo en la boca. Yo, he de confensarlo, lo disfruto mucho.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues que se pongan las pilas los españoles, a ver si va a ser que se están durmiendo en los laureles.
ResponderEliminarDe todas formas, esto no tiene por qué ser más que un traspiés pasajero... o un recambio generacional.
El tiempo lo dirá.