Asco.
Me tendía la mano en un gesto displicente, dándome a entender, sin una sola palabra, su posición superior a la mía.
Y supe que era sólo el principio del fin, de lo que irremediablemente tendría que llegar.
Sequé el sudor de la palma en el interior del bolsillo del guardapolvos, buscando eliminar cualquier rastro de la untuosidad que me ofendía.
No sé por qué había accedido a quitarme los guantes, no se por qué acepté su gesto de tregua.
Tuve la certeza de mi error cuando sentí el crujido de ramas secas de su garganta bajo mis dedos, años después, cuando su superioridad no pudo con mi rabia, cuando la venganza secó las palmas de mis manos.
Texto: Ana Joyanes
La venganza "aquel plato que se sirve frío" para que no suden las manos.
ResponderEliminarIntenso texto, el tiempo pone todo y a todos en su lugar, yo tengo que aprender de esto.
Felicidades Ana
Uf, has sido muy sutil al narrar el asesinato, mucho, pero no por ello menos contundente.
ResponderEliminarMuy bien llevado.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Para temblar, realmente, para temblar...
ResponderEliminarPero por mucho que las leyes o las simples normas decidan lo que sea, hay sentimientos tan fuertes que ni el miedo a la cárcel o situaciones similares puede pararlos.
Lo puramente animal que nos acucia.
Muchas gracias, Inma, Anabel, Amando.
ResponderEliminarHay sentimientos que se apoderan de la voluntad. Espero no experimentarlos jamás.
Terrible imagen la que nos ofreces, con esa aparente insensibilidad del narrador, sin muestras de arrepentimiento.
ResponderEliminarSimplemente perfecto.
Muchas, muchas gracias, Marcos.
ResponderEliminarEs una historia fuertel, como tantas que llenan las crónicas rojas de los medios... Interesante forma de narrar. Saludos.
ResponderEliminarContundente relato,muy bueno.
ResponderEliminarAl fin pude venir y digo al fin, porque tuve que terminar algo para poder pasar de visita por lo tanto aquí estoy … Que lindo lugar tienes, quiero darte las gracias por tu comentario y hacerte la devolución, diciéndote que cada vez me siento mas cómodo en tu sitio, lo disfruto plenamente… La invitación de siempre a Cuentos y Orquídeas, para recibirte con una nueva fabula haber si gusta. Te mando un fuerte abrazo, mucha luz y hasta pronto…
Muchas gracias, Jesslo.
ResponderEliminarGracias, Lely. Tu blog también es cálido y lleno de luz. Da gusto pasarse por ahí
Un abrazo a los dos
BRAVO POR ESTE KAIKU A LA ESPAÑOLA, POCAS PALABRAS QUE LO DICEN TODO
ResponderEliminarMe sentaré a ver pasar por mis manos el cadáver de mi enemigo. Frío, como si no fuera con él y a la vez lleno de ardiente rabia que hace que sus manos dejen de sudar servilmente.
ResponderEliminarSorprendentes, casi lapidarias las palabras de Anónimo que resume el texto de Ana.
ResponderEliminarGracias, Mirkov y Anónimo.
ResponderEliminarLlevas razón, Marcos: las palabras de Anónimo casi podrían ser un microrrelato en sí mismas.