- ¿Cuál es la mayor dicha de quien escribe?
- Escribir.
- Pero eso se da por supuesto.
- A veces no se consigue…
- Vale, vale, a veces no se consigue. Pero más que dicha, escribir es satisfacer la necesidad... Supongamos que se escribe. Repito ¿Cuál es la mayor dicha de quien escribe?
- Disponer de tiempo para escribir.
- Sí está muy bien. Tener tiempo. Qué suerte… Pero creo que hay mayores dichas.
- ¿Que te publiquen lo que escribes?
- Eso sería maravilloso. En el fondo es una de las grandes ilusiones… Pero hay más, más aún.
- ¿Que te compren los libros…?
- Miel sobre hojuelas…, pero no es la dicha mayor.
- ¿Vivir de la escritura?
- Eso sería casi un milagro. Y sería fantástico, pero también tiene sus riesgos, y sus esclavitudes y supongo que algunos peajes que pagar…
- ¿Ganar premios…?
- La verdad es que nunca vienen mal, a qué negarlo. Pero hay mayores dichas aún…
- Esto se parece a una de esas adivinanzas imposibles… ¿Que te lean…?
- Por ahí nos vamos acercando… Sí, casi esa es la mayor dicha de todas, saber que tienes lectores… Es más importante tener lectores… Si fueras editor quizá te interesaran los compradores, pero al escritor le interesan los lectores…
- ¿Todavía hay algo más importante…?
- Sí, no lo dudes. Que te quieran, a pesar de que escribes, que te quieran aunque escribas…
Creo que has dado en el clavo!
ResponderEliminarMe ha parecido genial, como vas desechando lo que es superfluo. Al final escritores o no, todos deseamos que nos quieran pese a nosotros mismos.
Saludos
Creo que según te contestas es el ritmo adecuado en cuanto a importancia, para mi entender. Si me quieren ó no, en mi caso me da igual. Incluyendo si éste querer es aparte del querer por lo que escribes.
ResponderEliminarEn fin raro que es uno ¡Que se le va hacer!.
Saludos
Amando, es un texto que desde que inicias su lectura como al igual que al protagonista, te lleva hasta el final por querer saber la respuesta.
ResponderEliminarPero te aseguro que algunos a los que escribimos no nos importa que nos odien por escribir y también te puedo citar a unos cuantos. Mejor que te odien que pasar desapercibido como escritor.
No hay otra cosa mejor para un escritor que ser detonante de sensaciones y sentimientos.
Me enganché con la agradable conversación que se entabla desde un principio. Y coincido, lo importante es que quieran a los escritores (yo no lo soy) a pesar de lo que escriben, de lo que transmiten, a muchos puede parecerles buena o no la lectura, pero el escritor sabe que independientemente de ello, siempre habrá gente que le aprecie, que le quiera, que le ame incluso, no como un personaje grabado en la mente de un colectivo, no como un título en la cubierta de un libro, pero si por lo que es... un ser humano.. pese a todo :)
ResponderEliminarUn abrazo
Ya me pareció fantástico cuando leí este texto en tu blog pavesas y cenizas, pero con las sucesivas lecturas se magnifica aún más el gusto.
ResponderEliminarAl final creo que te refieres a que te quieran independientemente de que escribas y de lo que escribas, ahí si que estoy de acuerdo contigo.
Te mando un abrazo en forma de cariño para que notes que se te quiere.
Que te quieran. Siempre es más deseable estar en el corazón que en la mente de los demás. Sin embargo, coincidiendo con FranCo, quizá el escritor pretenda no pasar desapercibido, ante todo ser un provocador.
ResponderEliminarSugerente texto, enhorabuena
Repito lo que dije en su momento.
ResponderEliminarTe conocimos escribiendo, te quisímos escribiendo y ya no hay vuelta atrás; te seguiríamos queriendo aunque no escribieras!
¡Ah, pero podría matarte si dejases de hacerlo!
Besos, escribidor.
Tiene mucha enjundia este diálogo, aparentemente simple.
ResponderEliminar¿Que te quieran como escritor significa despertar sentimientos de cariño por el hecho de escribir lo que escribes?
Eso realmente no me interesa mucho. Tampoco que me odien: lo de ser un escritor maldito me parece una pose insufrible.
Como escritora mi mayor dicha es conectar, despertar emociones, crear historias en otro, desaparecer y que surja algo que cale en el otro, independientemente de quien sea yo.
Como persona, lo primero, que me quieran, que me quieran como soy, por lo que soy y por lo que no soy, con mis virtudes y mis defectos, si escribo como si no lo hago.
De nada me serviría ser querida o admirada como escritora si nadie me quisiera.
Pero, para ser sincera, ¿a cuántos de nosotros nos leerían si no hubiera habido una primera persona que nos quería y se tomó la molestia de hacerlo?
Gracias por movernos a la reflexión, Amando
Un gran y amoroso abrazo
¿Qué es más importante? No sé, eso implicaría decidir lo que es menos importante.
ResponderEliminar¿Cuál es la mayor dicha de quien escribe? Que lo lean, que lo comenten, incluso que lo critiquen, como en este foro.
En cuanto a que lo quieran a uno por lo que escribe, estoy con Ana, al que se tiene que querer u odiar es al narrador, a los personajes, a la historia, el autor no tiene ni que notarse.
Claro que un autor "bienamado" es también "buencreativo".
Más gracias, Amando por hacernos pensar.
Un saludo
Respondo a la pregunta: YO
ResponderEliminarBuen texto, Amando. Para mí, lo más importante es que me lean. Si además me quieren, miel sobre hojuelas, pero si me odian o se escandalizan tampoco me parece mal. Cualquier cosa es mejor que la indiferencia.
ResponderEliminarEl mero hecho de sentarte a escribir me resulta tan placentero que creo que lo haría en todo caso, aún sin lectores.
Un saludo
Muchas gracias a todos (Anita Dinamita, Montxu, FranCo, Marlene, Marcos, Inma, Isolda, Ana J, Ángeles, Jugador, Amanda -hola tocaya-) por vuestras palabras.
ResponderEliminarEn el fondo la intención del texto se ha logrado ya que habéis entrado, cada uno y cada una con vuestra propia respuesta, en la reflexión que se proponía.
Y ya que habéis expresado lo que pensáis sobre la pregunta, me siento en el deber de hacer lo mismo:
¿Es mi opinión personal la del intercolutor...?
Sí, he de confesar que sí.
Después de un tiempo, empiezo a intuir el valor de las personas que conviven con un escritor (o cualquier artista).
Diréis, pues que no vivan con nosotros. Efectivamente, y por eso tienen más valor, porque convivir con alguien que normalmente está tantas horas ajeno al tiempo y que en tantas ocasiones conjuga malamente el verbo compartir, tiene que ser realmente duro.
Recuerdo, FranCo, un texto tuyo que salió en el primer número de la revista. "¿Me lees?" se titula. Digamos que ese texto corto me hizo pensar y acaso fuera el detonante de éste.
Es todo complicado, porque de hecho, y quizá sea esto lo que falte, una de las mayores pruebas de que nos quieren es que nos comenten lo que escribimos.
En todo caso no hablo de lo que se escribe, sino del hecho de escribir. Es decir que no se trata de que guste o no el texto en concreto, sino de que nos quieran a pesar de ser escritores, aunque seamos escritores... (o escribidor, como uno mismo).
Gracias a dios o brahman, dejé esas preguntas - imposibles a mi entender a los cincuenta años -. Me parece leer a vicky el viquingo con su gesto bajo la nariz.
ResponderEliminarBuena suerte.
Quiero decir, cuestiones que se plantea el "autor" de este texto; un hombre rondando los cincuenta años, si aún no los ha rebasado.
ResponderEliminarEs un ego aburrido, pesado, repetitivo.
Aún así, si el diálogo tuviera ironía, gracia o algo de ingenio...
Este urbano... qué cosas, qué humano... ja,ja,ja...
ResponderEliminarMe has obligado a esbozar un sonrisa al final.
ResponderEliminarPero, querido Amando, ¿no es eso el objetivo de todo el mundo?
Un besico,
Anabel
La verdad, Anabel, que tienes razón, pero no todo el mundo piensa lo mismo.
ResponderEliminarUn beso
¿Cuál es la mayor dicha de quién escribe? Culminar la historia que pretendía, y luego todo lo demás: que la lean, que la publiquen, que la consideren, que la premien... Y, si encima le quieren tal como es, pues eso será lo más importante, porque si a los que más quiere dejan de quererle, aunque escriba la obra maestra, siente que estará solo cuando vaya al otro mundo. Cuántas, cuántas personas hay que no tienen quien las quiera: un niño en un orfanato, un viejo en un geriátrico, un enfermo abandonado en el hospital, un...
ResponderEliminarGracias Amando, de ahí tu nombre, por hacernos recordar que es lo más importante.
Es una suerte tener lectores tan atentos como tú, Dácil que escudriñan el verdadero sentido de las cosas.
ResponderEliminar¿Cuál es el VERDADERO sentido de las cosas? Pero el verdadero verdadero, eh... sin falsedades de ningún tipo... soy taaaaan ambicioso... mi curiosidad desborda cualquier límite imaginado. Por favor, de verdad, quiero saberlo señor Amando.
ResponderEliminar¿Para mí o para usted, Jugador...?
ResponderEliminar¿Existe el verdadero sentido de las cosas en términos absolutos, objetivos..., en mayúscula como ha expresado?
En todo caso creo que sería la felicidad, pero tal cosa y nada es exactamente lo mismo, algo inasible y que cada quien cifra en cosas bien distintas: el dinero, el éxito, la salud, el amor, el sexo, la intensidad... Cada uno sabrá. El sentido de las cosas es el que cada uno quiera darles. El mío ya está expuesto. Creo que ha quedado claro.
Estimado Amando,
ResponderEliminarNo existe felicidad sin salud. Sin salud y dolor tu escritura cambia. Sin salud y dolor no existe plenitud en el sexo ni en el amor. El dinero no compra la salud. ¿La intensidad? Esta nunca supera a la del dolor físico, ese que no calma ni la morfina. La vida es la salud. El sentido de esta vida es vivirla con salud, sin dolor.
No me queda duda alguna. El dolor te hace hasta dudar
Estoy completamente de acuerdo contigo, FranCo. Hay una serie de requisitos mínimos y la salud es uno de ellos, acaso el imprescindible.
ResponderEliminarUn abrazo.
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