El agua que cubre mis pies, retozada con espuma y arena.
Aquella brisa con olor a eucalipto cuando abrí la ventanilla.
La chaqueta con tu olor, que me tapaba del frío la otra noche paseando.
La textura de lo limpio, la frescura de su tacto, la blancura de su estreno.
La canción que, hacía tanto, tanto que no escuchaba, y por casualidad surgió un día en el que todo era normal.
El pájaro que distrajo mi atención en un momento de cansancio.
La sensación de lo vivido, y el placer de seguir viviéndolo.
La mirada que te dice: “¡Qué guapa que te encuentro hoy!”.
Los ojos llorosos del que te pide un aliento, un respiro, solo un roce de mi mano.
La soledad que no buscas, pero que si la escuchas te habla, y te cuenta maravillas.
Tu interior, tu exterior, un abrazo.
Solo de estas cosas tan simples está compuesta cada una de nuestras vidas. El resto "pamplimas"
ResponderEliminarLas cosas importantes son las que ocupan los sentidos. ¿Te has fijado, Inma? Menos el gusto, están todos en este texto: tacto, olfato, vista, oído... y el corazón. No se habla de propiedades inmobiliarias, de tarjetas de crédito, de coches, de hipotecas, de política... Uno supone que están ahí, pero nos importa el mar, un abrazo, el pájaro, las miradas, las lágrimas.
ResponderEliminarEl amor, la sensualidad de lo cotidiano saboreado a conciencia. Simple, maravilloso.
ResponderEliminarCuando cada pequeño detalle se hace relevante es cuando tenemos una oportunidad para ser conscientes y felices.
ResponderEliminarEstupendo, Inma
Que descubrimiento el disfrutar de estas pequeñas cosas, como cambia la perspectiva de la vida.
ResponderEliminarMe faltó un abrazo, el que le daría a todos los amigos que estoy descubriendo en este blog.
Texto, poesía y ver como creces, imparable. Sólo es cuestión de olfato.
ResponderEliminarEnhorabuena
Ojalá que este tipo de abrazo lo sientan, lo huelan, lo escuchen, los desbrazados.
ResponderEliminarBellos textos los tuyos que tanto me conmueven.