Sucedió que todas las personas salieron al mismo tiempo de sus casas. Salieron armadas. Sólo dos niños no tomaron parte en la guerra que siguió. Carecían de arma y de casa.
Ahora son los únicos sobrevivientes. No extrañan a nadie porque la presencia ajena jamás les sirvió de ayuda. Mantienen una actitud tranquila para evitar que el miedo los domine. Por el hambre no se preocupan, el hambre no es novedad.
Pronto van a lastimarse las manos hurgando entre los escombros, van a luchar con las ratas por un mendrugo de pan. Pero eso será luego, por el momento se comportan según sus costumbres: el mayor habla mientras la más pequeña presta atención.
-Esta tierra es nuestra.- dice.
-Nuestra, nuestra… - afirma el eco.
Texto: Patricia Nasello
Buenísimo micro, impresionante de veras!
ResponderEliminarBs.
Soy Patricia Nasello
ResponderEliminarGracias Isolda por tu comentario, visitaré tu blog.
Gracias amigos de La Esfera Cultural por esta oportunidad de mostrar mi trabajo.
ResponderEliminarPatricia, te eximo de esta obligación. No tengo blog, me gusta leer y comentar los de los demás. Besos.
ResponderEliminarLo sé Isolda, ya vi. Tengo un blog, si te agradó este micro, quizá te interese visitarlo. Se llama: Esta que ves
ResponderEliminarhttp://patricianasello547.blogspot.com
Qué bueno verte por aquí, Patricia! Felicidades por eso y por el micro. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Belén.
ResponderEliminarSeguramente aquí seguiremos viéndonos para comentar los trabajos de los próximos compañeros de ruta.
Un beso.
Muy bueno. Terrible herencia la que les espera.
ResponderEliminarBienvenida, Patricia
Gracias por comentar Ana, un gusto conocerte.
ResponderEliminarUn buen texto que nos ilustra la sin razon de los humanos con sus patrias, banderas y guerras.
ResponderEliminarGracias Marcos, te dejo un saludo cordial
ResponderEliminarPatricia, me alegra ver que los tentáculos de tus letras se extienden y más gente puede disfrutar de tu trabajo. Este micro lleva tu sello. Muy bien, Patricia. Un abrazo
ResponderEliminarBuen texto, aunque francamente duro.
ResponderEliminarImpresiona, Patricia, como todo lo que escribes. Fenómeno.
ResponderEliminarMaite, me enorgullece que pienses que un micro 'tiene mi sello'.
ResponderEliminarGracias una vez mas, retribuyo tu abrazo
Cybrghost, es francamente dura la realidad. Ojalá me equivoque.
Un abrazo.
Pablo, gracias por escribirme palabras tan elogiosas que alegran mi vida.
Un texto duro y real, como la guerra misma
ResponderEliminarhay una canción de Jorge Drexler, Frontera, que a mi me gusta mucho porque como dice "y las fronteras se mueven, como las banderas"
Un abrazo grande y enhorabuena por la publicación!
Recuerdo que en su día me produjo un escalofrío. Ahora se ha repetido.
ResponderEliminarY por el frío.
Magnífico, Patricia.
Preciosa advertencia genialmente presentada en formato de cuento.
ResponderEliminarNos leemos.
Anita querida, te respondo con otra canción ¿Te acordás de Nino Bravo y su tema 'Libre'? Decía: 'piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal/algo que nunca puede detener sus ansias de volar'
ResponderEliminary luego 'sobre su pecho flores carmesí/ brotaban sin cesar'
Es una canción muy vieja pero, por ahora, así continuamos llendo.
Otro abrazo para vos.
Amando, gracias por la gentileza de comentar, me alegra agradarte. En este espacio seguiremos encontrándonos.
Un abrazo
Carlos, tu comentario me ha explicado lo que intenté escribir: una advertencia. Como recién le dije a Anita, hacia ahí vamos.
Un abrazo.