07 octubre, 2010

Las mueve el viento



A mí y a mamá nos anda siguiendo una casa grande y vieja. Probamos correr, escondernos, no hay caso, sigue atrás. Para colmo terminamos perdiéndonos. Yo creo que la casa también está perdida así que eso no me preocupa, pero mamá se da vuelta, la señala con un dedo que le tiembla y abre mucho los ojos “Castillo embrujado” dice, me lo dice en secreto, pero después grita “Andate, no te conozco” y los gritos son para la casa. A lo mejor sí la conoce, sólo que se olvidó.
Me da lástima verla así a mamá. Tanta lástima que dejo que me apriete la cabeza contra ella y eso que no me gusta porque sin querer me tira los pelos que están metidos adentro de la trenza y la cara se me pega a su pollera de puntitos que raspan y casi ni puedo respirar.
Las paredes de la casa seguro que raspan.
Pienso que nos quiere decir algo, pero no sabe cómo tratar con la gente o no puede, porque por el lado de afuera está rota, llena de agujeros que no llevan a ninguna parte, si llevaran se vería lo de adentro, y no se ve. Pero aunque no se vea yo se que ese adentro existe. Sé que tiene muchos muebles de madera oscura adornada con dibujos, esos muebles altos y finos que mamá llama bargueños, y escritorios y roperos tan pesados que yo no podría moverlos. Tiene escaleras blancas escondidas detrás de unas telarañas tan viejas como la casa, las arañas se fueron hace mucho. Y debajo de los muebles y de las escaleras, tiene un montón de cosas moviéndose. “Explicame otra vez qué impulsa a las cosas” pide mamá. “Las mueve el viento que entra por los fragmentos de puerta y de ventana y de techo que no están” le contesto, pero es mentira y a mí me parece que mamá se ha dado cuenta por eso pregunta a cada rato. Las cosas se mueven porque les gusta chocarse, terminar hechas pedazos. Lo roto quiere seguir rompiéndose.
Ahora me doy cuenta, la casa nos eligió para que la ayudemos a morir.
Que se la arregle como pueda, yo tengo que descubrir el camino que perdimos. Y tengo que cuidar a mamá. La llevo de la mano y siempre estoy mirando por dónde camina. Tengo terror de que tropiece y se lastime.
Texto: Patricia Nasello

19 comentarios:

  1. Literatura por estos lares... se agradece.

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  2. Muy buen texto, llevo un buen rato con él en la cabeza. Bueno.

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  3. ¡Qué barbaridad, cómo escribes Patricia! Muy emocionante.
    Besos que mueve el viento.

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  4. Amando, Anónimo, Inma, Isolda: muchas gracias por vuestros generosos comentarios.

    Amigos de La Esfera Cultural, mucho también agradezco el delicado gesto de sumarle una imagen a mi cuento.

    Afectuosamente
    Patricia

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  5. Patricia, qué belleza de texto, y que niña grande cuidando de su madre y entendiendo las emociones de la casa...
    Se quedan muchas imágenes y sensaciones dando vueltas en mi cabeza
    Un abrazo

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  6. Genial. Buen texto, buena empatía con cómo puede sentirlo una niña y la duda de si la madre perdió la razón porque la casa esté embrujada o la perdió y la ve así.

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  7. Me gustó mucho, Patricia. Inquietante historia, bien escrita. Muy buen tono.

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  8. Héctor, Cartaphilus, Anita, Cybrghost, José Manuel, Mónica.
    Gracias amigos por vuestro tiempo y vuestros generosos comentarios.
    Abrazo a todos.
    Patricia

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  9. Excelente relato. Como la casa, tiene muchos orificios que nos incitan a mirar más adentro a preguntarnos qué hay más allá de las palabras y un movimiento que se te pega para seguirte en la memoria por mucho tiempo. Excelente

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  10. Muchas gracias Ana, la aprobación de aquellos que poseen mas experiencia literaria es un extraordinario aliciente para continuar escribiendo.
    Te envío un saludo cordial
    Patrica

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  11. Buen texto, Patricia, que nos hace reflexionar.

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  12. Interesante texto, conmovedor el punto de vista de la hija con respecto a la demencia de su madre. La casa, el viento, el paso del tiempo..., son entre otras las referencias con que la describe, las variables que la hacen multidimensional. Enhorabuena.

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  13. Amiga Patricia, eres única escribiendo relatos... Este en concreto tiene toda la intensidad de minificción, con la longitud y desarrollo de relato mayor, gustoso de leer de principio a rabo, mareante de imaginación, perfecto en detalles narrativos, novedoso en la genialidad disparada a cañón... ¿Qué más se le puede pedir?

    Te felicito, y me felicito por la amistad conseguida.

    Muchos besos, gran Patricia.

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  14. Fantástico.

    Sólo puedo repetir mi admiración.

    Saludos, Patricia.

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  15. Marcos, Dacil, Anabel, querido Estelar: en un momento personal sumamente doloroso vuestros comentarios son una caricia. GRACIAS.

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