Al abrir la puerta, pensaba que el silencio era excesivo. Un par de segundos después se tropezó con un bulto que, al tacto de su pie cubierto por la suavidad de la piel del zapato italiano, le pareció blando, entonces se dio cuenta del error que había cometido al no girar en redondo y salir como alma que lleva el diablo a la protectora oscuridad de la madrugada. De inmediato pensó en su labrador, Sand. La luz de una poderosísima linterna cegó sus ojos y no pudo comprobar, mientras se desplomaba como un fardo de arena, lo acertado de su último pensamiento. Al caer sobre el cadáver de su perro, no sintió ningún dolor.
Ni le importó el robo de las joyas.
Amando te estás volviendo el genio de los micros muy micros. Te has dado cuenta la cantidad de imágenes que nos has metido en 5 líneas?
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno Amando! Describís los hechos con la naturalidad de una cámara. Tus lectores 'vemos' la situación. Quizá, para mi criterio que poco vale, la última línea no sea necesaria. Pero no me hagas caso, disfrutá de este micro que sí vale y mucho.
ResponderEliminarCordialmente
Patricia
Amando, magnífico relato.
ResponderEliminarNo se donde te inspiras, pero algo así me pasó a mi hace un par de años, aunque tuve más suerte, a mis dos perritas las encerraron en una habitación y no les pasó nada, di por bueno que me desvalijaran la casa.
Un abrazo.
Inma:
ResponderEliminarExageras. En mi caso se trata de un ejercicio de recorte, casi de destilación. Muy complicado.
Patricia:
Y creo que tienes razón. De hecho dudé mucho si borrarla. Dejemos una muleta a la imaginación del lector; pero tus palabras son muy acertadas... Lo que decía antes de la destilación...
María:
Pues vaya... No, si cuando digo que la realidad supera a la ficción. Menos mal que no te ocurrió nada.
¿De dónde me inspiro?
La vida es inagotable fuente. No se cansa nunca de ofrecer situaciones para contarlas... o destilarlas.
Un beso.
Armando. Eres el rey de los cortos definitivamente !!!. Otra vez te has superado !!!. Enhorabuena por tu relato. Yo me decanto porque has acertado con la última línea: me ha arrancado una sonrisa final que relajó mi expresión que has logrado poner muy tensa en la lectura.
ResponderEliminar“Cinco segundos y medio” El tiempo que transcurrió desde que la prota abrió la puerta hasta que cayó como un fardo de arena sobre el cadáver de Sand. No se puede sintetizar más una historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amando, creo que la última frase tiene que ver con la linterna.
ResponderEliminarMe encantan tus microrelatos, cuando podas y destilas.
Miguel Ángel:
ResponderEliminarVeo que hay diversidad de opiniones, sobre la última frase. Comentas que su presencia ha relajado tu semblante.
Si fuera exigente conmigo mismo cortaría esa rama. Y la clave está en tus palabras. A diferencia del relato, una de las misiones más altas del micro (hablo desde mi humildísima intuición, pues no soy experto en la materia) es que el lector, durante unos brevísimos instantes 'escriba', al menos mentalmente, todo lo que el escritor se ha guardado en alguna parte.
Muchas gracias por tus palabras y por tus alabanzas.
Flamenco Rojo:
Exactamente ese es el tiempo que transcurrió entre desde que abrió la puerta hasta que cayó fulminado por el disparo a bocajarro. Quizá sí se pueda, quizá sí; pero yo no lo haré.
Catherine:
Muchas gracias por tus palabras. Creo que me voy hacer o jardinero o viticultor...
Sí, me parece que la última frase tiene que ver con la linterna. Sospecho lo mismo que tú. :)
Impresionantemente descriptivo. Haces que me meta por unos segundos en una escena y luego, otra vez fuera... Es un corto, como han apuntado, pero casi de cine... Muy bueno
ResponderEliminarLo han dicho todos, es magnífico. Lo vimos y lo vivimos... al cabo de cinco segundos y medio: nada.
ResponderEliminarBesos, escondidos detrás de la puerta.
Pues yo creo que la última frase es importante. En caso contrario habría que inventar un por qué al por qué de la muerte de Sand. ¿Le dio un patatús? ¿Lo mató la mujer de su dueño para vengarse por una infidelidad? ¿Quisieron gastarle una broma de mal gusto y se pasaron de rosca?
ResponderEliminarQuiero decir, que en esta historia el dramatismo no solo lo aporta el hecho en sí, sino el por qué.
Nunca he tenido la mala experiencia de María pero es mi peor pesadilla: que entre alguien a robar y le haga daño a mis perros.
Amando, qué buena historia y qué bien contada. Sigo impactada.
Un abrazo grande
Carlos Q.G:
ResponderEliminarPues muchas gracias. Aunque si un corto de cine dura cinco segundos y medio... Es broma, es broma. Lo cierto es que sin darnos cuenta, la narrativa (incluso la hiperbreve), está influenciada por nuestro mundo en el que el lenguaje audiovisual lo ocupa todo.
Isolda:
Lo vimos y lo vivimos... Uf, qué maravilla. No sé si se merece tanto este relato. Por tanto muchas gracias elevedas a una potencia muy enésima, por decir algo.
Ana J:
También muchísimas gracias por tus palabras.
Precisamente por lo que dices es por lo que pienso que la última frase descabala un poco el sentido del microrelato.
En el fondo estoy explorando este campo, pero por lo que voy intuyendo (y es lo que quería decir más arriba) los buenos micros son los que dejan al lector pendiente de un hilo. Sin sujeción, de tal manera que sean ellos los que escriben el resto del reltato. El resto del relato que a veces es el principio, a veces el final, a veces lo que está en medio. Digamos que el microrelato es una especie de marco o de orla o de boceto, donde quizá anide una historia... Mejor dicho muchas historias, la que cada lector construya en su imaginación...
Y si te fijas, si no hubiera sido por la última frase nos has propuestos tres historias diferentes a la propuesta y todas ellas válidas. Es decir, y sin pensar mucho tendríamos cuatro. Digamos que es el efecto multiplicador del texto...
De todos modos, no voy a cambiar el micro. Es así, y así también me gusta a mí. Y quizá -a pesar de lo que acabo de decir- por lo mismo que a ti. A veces es necesario tener una razón que nos ayude.
Un beso y gracias por tus palabras... y perdón por el rollo.
Pues a mí me gusta así, con la última frase incluida. Impresionanate tanta expectación con tan pocas palabras, ahí está el arte del micro. Estupendo, Amando. Un beso
ResponderEliminarPues no me queda más remedio que discrepar.
ResponderEliminarUn micro debe contener TODA una historia en él. Si lo que quieres es hacer una historia de final abierto, pues bueno, igual da que sea micro, medium o macro.
Personalmente creo que está bien que los finales no sean excesivamente rígidos, cerrados herméticamente, pero una historia que pueda terminar de mil formas posibles es que no ha terminado. Creo que la imaginación del lector debe construir pero hasta un cierto punto porque, de lo contrario, las historias solo deberían tener inicio, nunca final.
En el caso de este micro, podría aceptar que terminase con que no le importó que alguien hubiera allanado su casa, sin especificar si era para robar, esperar para matarlo o para secuestrar a la bruja de su suegra, si es que quieres no cerrar tanto el final.
Claro, todo esto es mi punto de vista. No quiere decir que sea así como debe ser, pero sí es como lo veo.
Besos
Comentario más podado que el micro de Amando. La última frase pienso que le da sentido al texto. Explica las imágenes anteriores.
ResponderEliminarImaginemos que vamos al cine a ver este cortometraje (veríamos poco, con tanta oscuridad), pero si el direcctor no es capaz de transmitirnos que ha sido por un robo, nos iríamos de la sala con cara de tonto.
Amando, un aplauso desde un archipiélago en áfrica.
Angeles Jiménez
ResponderEliminarA mí también me gusta con la frase así, por eso no la he quitado. Gracias por tus palabras...
Ana J.:
Acepto la discrepancia y el debate. Me encanta. De hecho me encanta haberlo sacado gracias a la aportación de Patricia. Me imagino que todos sabéis cuál es el micro que ha sido votado como el mejor del mundo escrito en español, el de Monterroso: "Al despertar vio que el dinosaurio seguía al pie de su cama".
Ya digo no quiero tener razón. Se trata sólo de opiniones. Más aún, por tensar la cuerda, estaría por demostrarse que los micros no sean una especie de adulteración de la literatura, porque las personas no disponemos de tiempo para leer.
En fin, lo que quiero decir, es que en los micros habría que intentar busacar algo un poco diferente. Pero repito. No cambio la frase. Me gusta así.
Un beso.
FranCo:
Realmente se vería poco, pero nos haría falta un buen director de fotografía que sacara todas las posibilidades a una noche, una linterna, un fogonazo... Supongo que el agradecimiento por tu aplauso llegará al archipiélago europeo junto a África.
Cinco segundo y medio, los suficientes para que el dinosaurio de Monterroso se pensase mucho si levantarse de los pies de la cama y sufrir la misma suerte que el Sand y su dueño.
ResponderEliminarMagnífico microrelato, incluyendo el título.
Dácil Martín:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras que, sin duda, son exageradas. Los dinosaurios nunca mueren.
Hola, Amando.
ResponderEliminarDebo confesar que nunca había leído micros y que gracias a ti me he aficionado de lo lindo, que bien los cuentas, que mal me dejas con los finales pues siempre me saben a poco y quiero más, pero sobre todo que maravilla que surjan estas controversias, cuanto enriquece tantos puntos de vista y todos ellos validos.
Saludos cordiales.
Andrea:
ResponderEliminarMuchas gracias.
Tienes razón, es admirable un debate de este tipo con un texto tan largo. :)
Un texto muy bien destilado para convertirse en un micro con esa contundencia y precisión. Enhorabuena Amando.
ResponderEliminarMarcos Alonso:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Si fue un proceso de destilación.