Van Gogh.
La noche estrellada.
Los ladridos del perro engullían la noche y despertaban a las estrellas. Sólo el silencio oscuro, casi negro, entendía el significado de los sonidos lastimeros. Para los investigadores aquella declaración carecía de sentido; tanto que ni siquiera podría ser considerada como declaración. Por más que lo intentó, sus aullidos no fueron capaces de zancadillear la carrera de aquel hombre que huía de su sombra o del cadáver que parecía palpitar por la acción de la luz azul y naranja de los vehículos de emergencia.
Echaba de menos tus pinceladas cortas llenas de imágenes potentes.
ResponderEliminarCon tanto trabajo como te damos te dejamos poco tiempo para lo que de verdad te gusta "escribir", menos mal que de vez en cuando nos recuerdas lo bien que lo haces.
Un abrazo
Una auténtica prosa aburrida y cargada. Pero claro, supongo que, la saliva de alguien, está algo cargada de su propia personalidad.
ResponderEliminarTengo grabado a fuego, una frase que me dijo mi madre una noche, con aullidos de perros de fondo: "Cuando los perros aúllan, la muerte viene de vista". Afortunadamente no vino a visitarnos aquella noche, ni la hemos invitado.
ResponderEliminarSugerente combinación: Noche, silencio, perros, aullidos lastimeros, sombras, huidas, vehículos de emergencia. Un cóctel muy potente en un texto tan reducido.
Anónimo, es cierto que los autores imprimimos a nuestra prosa parte de nuestra personalidad, miedos, reflexiones... pero por ello no tiene que ser aburrida. Existen/existimos lectores para todo.
ResponderEliminarEn la acera de enfrente exietn lectores que encuentran aburrida y cargada aquella prosa de acción y dinamismo sin profundidad.
Para gustos, colores. Para lectores, autores. Para rotos, sastres. Para anónimos, identificados.
Este comentario sustituye al anterior que, después de releerlo, me ha parecido incompleto.
ResponderEliminarMuchas gracias, Inma. Hay muchas formas de escribir, y ahora estoy enfrascado en una que se puede considerar como un proceso de aprendizaje, porque leeros con tanto detenimiento, es comprenderos un poco mejor y aprender cosas.
La otra noche, 7plumas, también escuché unos aullidos muy lastimeros de perros. Estaba a punto de acostarme. Sería la una de la madrugada en la Península. Parecían que se comunicaban entre ellos a cierta distancia, y no eran noticias muy agradables las que se contaban, aunque no sé si eran de muerte.
Gracias por tus palabras y gracias por el siguiente comentario.
Anónimo:
Mis mayores me enseñaron que no hablara con desconocido, y más si estos creen en textos nacidos desde la bilis y les gusta la prosa prosaica.
De todos modos, lamento que no te haya gustado el texto, pero no está en la mano de uno agradar a todos. Es algo imposible. Aún así, y a pesar de no saber a quién me dirijo, gracias por tu sinceridad.
Lo bueno de llegar tan tarde al invento Esférico que es este blog, es que no tengo que esperar para que salgan joyas como esta. Hay un montón repartidas, fruto de todo este tiempo que llevais trabajando. Por cierto, me gusta el micro.
ResponderEliminarLos perros siempre tienen razón, como el cliente. Hay que saber escucharlos.
ResponderEliminarUn magnífico micro, escribidor-poeta.
Besos esféricos.
No olviden nunca que el hombre es el mejor amigo del perro.
ResponderEliminarAmando, el micro, en tu línea...no se puede decir tanto con tan pocas palabras.
Un abrazo amigo.
Seguro que te parecerá una tontería, pero cuando convives con uno o varios perros, cada ladrido significa algo diferente y aprendes a entenderlos, a saber lo que quieren en cada momento.
ResponderEliminarQué locura, pensarán algunos, pero yo distingo perfectamente, los ladridos de cada una de mis "niñas" y entiendo lo que quieren.
Amando, tu relato, hermoso como siempre, aunque algunos no sean capaces de entenderlo. No todos servimos para escribir, ni todos servimos para leer.
Yo no tengo más que añadir a lo que opinais. Realmente G-E-N-I-A-L. Cierras los ojos y lo ves claro. ¡ Y en tan pocas palabras !. Esa es la habilidad del escritor. Ese es el encanto de la lectura. Felicidades.
ResponderEliminarHay que saber escuchar, saber escribir, aprender a leer. A leer se aprende juntando letras, pero para leer textos como el de Amando además hay que saber juntar palabras. Son niveles de lectura. Hermoso texto, como escribe María.
ResponderEliminarUn saludo
Carlos:
ResponderEliminarY algunos haréis que el tesoro aumente sus piedras preciosas.
Isolda:
Habrá que proponerlo a la Academia de Policía. En este caso quizá el criminal no se habría ido de rositas.
Flamenco Rojo:
Tienes razón, aunque algunos hombres se empeñen en demostrar lo contrario. En este caso casi lo consiguen. Faltó muy poquito.
María:
Y a ti te propondré como profesora en la Academia de Polcía. Qué me va a parecer una tontería. Estoy totalmente de acuerdo en que cada animal se distingue de otro individuo de su especie. ¿Cómo no va a suceder eso con los perros, que hasta pretenden denunciar a la policía...? Está demostrado científicamente que los ladridos tienen su propia misión comunicativa. No hay ninguna duda. Gracias por tus palabras.
Miguel Ángel
Muchas gracias por tus palabras. En realidad las palabras, si no me equivoco hay ochenta y cuatro. No es fácil construir una historia con esta brevedad, y más cuando a uno le gusta lo contrario.
Ángles Jiménez:
También te agradezco las palabras. Los microrrelatos, a mi modo de ver, tienen son como un huecograbado, la historia no es el perfil que se ve, sino la que el lector encuentra en lo que no se dice, para ello los bordes, la silueta, ha de ser contundente. Y hay muchos modos de serlo.
No sé qué bicho le picó ayer a mi linea o lo que sea, pero no aparece el comentario que hice a este interesante texto, lleno de aristas y sugerencias.
ResponderEliminarAuuuuuuuuuuu! qué bueno!
Besos
Ana J:
ResponderEliminarSeguro que fue un perro hambriento, que después de tanto aullido y ladrido se asomó, confundido.
Un montón de gracias por tus palabras.
Te AMO... AMANdo -"JO"... soy de lo más ingenioso-.
ResponderEliminarPoético, duro, fantásticamente resuelto.
ResponderEliminarPatricia, gracias por tus palabras, y por tu atenta lectura
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